Raimundo Fitero
Finales
Precipitadamente se acabó “La cocina del infierno” que ganó Bárbara Rey. Un programa que no cuajó. Los ingredientes le pronosticaban tres tenedores catódicos y se quedó en un cucharilla y media. El cruce de cocina y salón de estar, de actividad profesional gastronómica y de menesteres cotidianos con gente de un pedigrí dudoso se ha convertido en un menú de mesón de carretera. Los datos de Sofres son más fiables que todas las guías gastronómicas juntas. Los dos cocineros profesionales han acabado su pesadilla. Y cobrado. Los supervivientes del programa tienen dos semanas para recoger los réditos catódicos y profesionales. Después volverán a esperar ansiosamente la llamada de su representante para inaugurar una taberna en su pueblo o para vender algún trozo de su prefabricada intimidad.Finales precipitados o silenciosos. Inicios estrepitosos. “Fuera de control” ya no existe, le sustituyó el jueves pasado “Con dos tacones”, que no hace falta ser un adivino para comprender que acabará exactamente igual, precipitadamente. No hay manera de enderezar el Ente. TVE es un caos. La última es que hay declarada huelga el día del partido Barça-Benfica que le tocaba retransmitir al ente estatal. Una de sus asideras de audiencias se le puede escapar. Y crear un conflicto grave para el futuro. La UEFA no perdona. ¿Qué pasa con los árbitros? Estaría muy bien que se parase el negocio del fútbol por culpa de estos aficionados. El que aguanta con esfuerzo es Jesús Quintero. Sigue sin convencerme tanta edición. Me gustaría que fuera más en crudo, en directo, con todos los silencios. Pero ha elegido algo más dinámico, poner en cada entrega a muchos y contradictorios personajes. Uno fijo es Risitas. El resto, en ocasiones, parecen acompañamiento. Como el martes pasado. Eto’o funcionó, pero el director de un periódico del coro aznarista, no retrata bien. Se le escapan por sus poros sus ansias de poder. Y tiene una piscina. Y un amigo que se llama José. No se puede quejar. Pedro J. Ramírez, ahora le dejan decir todas sus barbaridades de marcada ideología de la derecha más extrema los lunes y le da un baño con masaje el Loco de la Colina, un martes.
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