Maite Soroa
Encima pretenden mofarse
Ayer, en “La Razón”, bajo la máscara del «periodismo de investigación» daban cuenta de la cantidad ingente de dinero que ha tenido que aportar la izquierda abertzale para pagar fianzas. Y le daban la vuelta al asunto para, además de celebrar que les sangran, poner en duda sus fuentes de financiación.El escribiente de Ansón dejaba constancia de que «Batasuna ha demostrado una gran capacidad financiera, pese a ser una formación ilegal y que, en teoría, no puede disponer de ninguna clase de recursos». No dice nada de la capacidad de entrega de las gentes de la izquierda abertzale. El dato es que «en los dos últimos años, de Batasuna han salido más de dos millones de euros para pagar las fianzas impuestas a sus principales dirigentes y portavoces. Desde 1998, la cantidad asciende a seis millones de euros, lo que demuestra un ‘poderío’ muy superior a las circunstancias que la ilegalidad debería plantear a los proetarras. El alto el fuego de ETA ha rebajado, en cierta medida, la ostentación con la que Batasuna ‘liberaba’ a base de dinero a sus militantes encarcelados. Otegi, por tanto, permenacerá en prisión (...) hasta que la organización obtenga el dinero necesario para poner en libertad a los otros dos batasunos encarcelados en este momento por los graves incidentes (entre ellos cuatro bombas de ETA) acaecidos en la huelga ilegal de hace unas semanas». O sea, que a la gente de la izquierda abertzale le han levantado mil millones de pesetas y los jaleadores de quienes se quedan con la pasta se ufanan de ello. Pero no es suficiente: les acusan de pagar más dinero del que parece razonable. Y, para más inri, aseguran que a Otegi le conviene estar en prisión para mejorar y engrandecer su imagen. Supongo que si alguien escribiera eso de algún ciudadano que haya sido secuestrado, el mismo editorialista hablaría de ‘apología del terrorismo’ o algo parecido. Lo mejor viene al final. Ahí se desnudan: «En realidad,
para Batasuna lo duro (Š) fue perder la fuente de ingresos que le proporcionaba
la situación de legalidad. Ahora, la perspectiva de una negociación política
parece contribuir a empequeñecer los delitos que se imputan a Batasuna pero de
los métodos, declaraciones y actuaciones de este grupo se infiere una vocación
mafiosa de la que su propensión a pagar todas y cada una de las fianzas
impuestas al denominado ‘aparato político’ es una prueba obvia. Sin embargo, en
muchos casos, la procedencia final de este ‘dinero de la libertad’ se antoja más
que dudosa». ¿Y el sueldo del editorialista de “La Razón”, de dónde procede?- msoroa@gara.net
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