Oposición al proyecto de construir una incineradora en Valdizarbe
VALDIZARBE
A pesar de lo que han manifestado desde varias fuentes del Gobierno de Nafarroa, Ekologistak Martxan sostiene que el proyecto de una incineradora de restos MER (Materiales Específicos de Riesgo), está estrechamente unido a la «ciudad de la carne» que la empresa pública Nasuinsa prevé construir en el futuro polígono industrial de Legarda-Obanos, por lo que han mostrado su preocupación y total oposición a tal emplazamiento. La empresa La Protectora está interesada, según indica Alberto Rueda, asesor ambiental y miembro de Ekologistak Martxan, en instalar «la ciudad de la carne» en el futuro polígono industrial de Legarda-Obanos promovido por Nasuinsa. En dicho complejo cárnico, la empresa pública prevé instalar un matadero de La Protectora en Iruñea, una sala de despiece de porcino, otra de vacuno, la fábrica de Embutidos Pamplona y una «planta generadora de energías térmicas combinadas», o incineradora. El miembro de la asociación ecologista apunta que este proyecto traería actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas (MINP) con «claros riesgos ambientales y para la salud pública».
Antecedentes
En un principio, se preveía instalar este complejo en Elortzibar, aunque tras las alegaciones presentadas por los ayuntamientos de dicho valle y de Noain, el proyecto fue rechazado. Estas se basaron sobre todo en la proximidad de núcleos urbanos: además de que el Reglamento de Actividades Clasificadas establece que no se puede instalar un complejo como el proyectado habiendo núcleos urbanos en un radio inferior a dos mil metros, éste frenaría el desarrollo de dichas localidades.Ante este hecho, Rueda se muestra asombrado, ya que las circunstancias que evitaron instalar la «ciudad de la carne» en Elortzibar, «se reproducen e incluso empeoran» en el caso del polígono de Legarda-Obanos. Destaca que desde la apertura de la autovía Iruñea-Lizarra las «posibilidades y perspectivas de crecimiento» de localidades como Muruzabal, Legarda, Uterga, Gares, y Obanos han aumentado considerablemente. Asimismo, todos estos municipios se encontrarían a una distancia de entre un kilómetro y dos de la «ciudad de la carne». Rueda recuerda que toda planta de incineración tiene un problema: «emite contaminantes; dioxinas y furanos aparte de otros residuos», y que éstos contaminantes orgánicos fueron ya prohibidos por el Convenio de Estocolmo. A esto hay que añadir, tal y como señala el asesor ambiental y miembro de Ekologistak Martxan, el aumento de tráfico rodado que supondría la «ciudad de la carne», los olores que generaría o el obstáculo que supondría para la recuperación de la calidad del agua de los ríos Arga y Robo. Por todo ello reclama a los ayuntamientos de Valdizarbe que encarguen informes jurídicos y ambientales que permitan realizar el seguimiento de este proyecto que «apunta graves consecuencias para la calidad de vida y el futuro del valle».
|