IRUN
Hora y media antes de la salida, la infraestructura de la carrera ya tomaba cuerpo. Los operarios se afanaban en que estuviera todo a punto. No faltaban las carreras y muchos trabajaban con el móvil pegado.
Observador, Jaime Ugarte, coordinador de la carrera, no paraba. La cabeza visible de la organización hizo un kit-kat en la mañana para atender a este periódico.
«Es el día de las sorpresas de última hora, siempre falta algo», confesaba. «Es una batalla terrible», apostillaba, mientras que señalaba a una publicidad mal colocada.«Siempre quedan detalles por pulir y no queda como tú quieres, pero al final seguro que lo conseguimos».
En cuanto a los nombres que se cayeron a última hora Julich, Kloden, Rasmussen, Mancebo,... restaba importancia «porque esta es una carrera para gente preparada y los que no han venido es porque no pueden afrontarla en condiciones o se encuentran lesionados».
En ese sentido, recordaba que la carrera es del UCI Pro Tour, lo que supone «una participación de categoría».
En cuanto a dar un pronóstico sobre el posible podio, prefirió no mojarse y fue diplomático. «Que gane el mejor».
Cruce de caminos
Los colores chillones de los autobuses no tardaron en inundar las explanadas que la organización tenía preparadas cerca de la meta. El buen tiempo acompañó y los corredores, poco a poco, salían de los automóviles. Lo hacían en grupo porque ayer era el primer día y los equipos se presentaron uno a uno.
Los aficionados se mezclaban con los periodistas. Los más solicitados, lógicamente, eran los ciclistas vascos y las figuras como Menchov,Rebellin o Di Luca y el DiscoveryChannel en especial. Llama la atención la profesionalidad de los corredores del ex equipo de Armstrong y su director Bruyneel atendió con amabilidad todas las preguntas.
Los corredores aprovechaban para saludar a compañeros de otros equipos a los que no veían hacía más o menos tiempo. El buen rollo era palpable: era el primer día y el sol saludaba a todos. Las buenas relaciones se transforman en rivalidad sana en la carretera, aunque ellos no son más que unos peones de los directores, lo que no significa que con el paso de los días aparezcan las rencillas o se abran viejas heridas por circunstancias de la propia carrera.
Todo eran sonrisas. Habrá que ver las mismas caras los siguientes días tras la fatiga y la acumulación de los kilómetros, aunque el sábado en Zalla seguro que vuelve la satisfacción de terminar otra carrera. Entonces, cada uno volverá a casa y en la siguiente carrera no faltarán los apretones de mano y las palmadas en la espalda.
Despiezearen titularra lau lerrokoassssssssssssssssss
Testuaren hasiera. -