El colapso de la industria del bacalao o la historia de una muerte anunciada
La muestra «Rumbo al gran banco de Terranova», que ayer se inauguró en el Aquarium de Donostia, propone el recorrido de casi un siglo de historia ligada a la industria del bacalao, que se inició en el puerto de Pasaia y terminó con el colapso de los bancos de Terranova hacia 1992 y consiguiente moratoria de pesca. La exposición, que ha sido financiada por la embajada canadiense, ya se ha podido contemplar en el Museo do Pobo Galego de Santiago de Compostela y viajará a continuación a Portugal, a Saint Pierre (Estado francés) y a Canadá, por lo que los textos están escritos en tres lenguas.
DONOSTIA
La historia de la pesca industrial del bacalao es la historia de una muerte anunciada. Tras la Segunda Guerra Mundial, los países europeos de la franja Atlántica optan por invertir en esta industria que venía siendo practicada por los vascos a través del puerto de Pasaia desde 1927. La concurrencia de los grandes barcos que faenan con alta tecnología, en parte utilizada en la guerra que acaba de finalizar, hace que los bancos se agoten en muy pocos años. La exposición “Rumbo al gran banco de Terranova”, que ayer se inauguró en el Aquarium de Donostia, muestra la expansión y declive de esta industria. «Fue una estrategia económica de países que salieron de la guerra y necesitaban alimentos», dijo Rosa García-Orellán, profesora de Antropología de la UNED de Bergara y responsable de la muestra. «El oro del Atlántico, como se le llamaba en la época al bacalao, desapareció hacia 1992 y, a pesar de que se declaró una moratoria, todavía no se ha recuperado la especie», prosiguió la antropóloga. Una de las reflexiones que se pueden sacar de la visita la exposición es que «tenemos que controlar la concurrencia de los barcos que están pescando en todos los mares, a nivel global, en todas las aguas del mundo».
Testigos de la historia Los datos que se exponen en la muestra se basan en un trabajo de campo, realizado hace unos años y que se basó en los testimonios de 300 hombres, tanto marineros, capitanes, armadores y políticos, que han vivido todo este episodio. «Han sido marineros de Pasaia, Lekeitio y Bermeo. Pero también he visitado Vigo o Saint Pierre. Ha sido un trabajo transnacional de tres años de duración con dedicación exclusiva», dijo la profesora de la UNED.
Rosa García-Orellán señaló que el bacalao actual viene de Noruega. «En estos momentos els bacalao tiene una regulación minuciosa. Los pocos barcos que tenemos trabajan con unas cuotas determinadas y una pesca muy regulada», señaló. El recorrido de la exposición va a ser internacional y, por ello, está escrito en tres lenguas. Arranca con unos paneles que muestran el inicio de la industria en Pasaia, gracias a la emblemática empresa Pisbe. Continúa con imágenes de los puertos gallegos de A Coruña y Vigo, donde a los pocos años cuaja la industria del bacalao. «En los años 60, Vigo toma el relevo de Pasaia en la pesca industrial, genera la infraestructura necesaria para el congelado y abre pesquerías en Sudáfrica y en el continente americano, además de en Terranova, donde los bancos iniciarían pronto el declive. El colapso ha sido tan fuerte que todavía la especie sigue sin recuperarse, con todas las consecuencias que ello ha acarreado para la población local. Según los biólogos, todavía no hay esperanzas de que recupere», dijo García-Orellán. «Los políticos han tenido una responsabilidad primordial prosiguió la profesora. En primer lugar Canadá. A pesar de que sabía que con la pesca artesanal las especies eran cada vez más pequeñas, no hizo nada para atajar el mal, gestionó mal las doscientas millas, siguió teniendo una pesquería fuera de las doscientas millas. Entre unos y otros se llegó al colapso». Rosa García-Orellán recordó que su trabajo no hubiera sido posible sin la colaboración de Joseba Beobide Arburua, que en el año 2002 le abrió la posibilidad de iniciar el trabajo que luego se tituló “Los hombres de Terranova”. «Es Joseba quien mejor conocía a los hombres de mar que han sido testigos de toda esta historia», dijo.Una vez elaborada toda esa memoria histórica y publicada en forma de libro, surgió la idea de plasmarlo mediante paneles, mapas y fotografías en una exposición. Andoni y Julen Atorrasagasti se han encargado de ordenar el material. Marisa Calés, directora de la Asociación de Estudios Canadienses, apoyó el proyecto. Gracias a ella se logró la financiación de embajada canadiense y, tras su paso por Donostia, la muestra iniciará su gira internacional.
El puerto de Pasaia llego a contar con 37 barcos
DONOSTIA «En el puerto de Pasaia hemos llegado a tener hasta 70 unidades de barcos que faenaban en Terranova, con todo el movimiento de dinero que esto conlleva. Todo eso se fue a pique. Ahora quedan dos bacaladeros», dijo Rosa García-Orellán, responsable de la muestra que el día 27 impartirá una conferencia titulada “La pesca industrial en Terranova: miras del pasado, desafíos de futuro”. Dos días antes, el día 25, Lorenzo Motos hablará de “Un viaje histórico por la pesca del bacalao”.
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