Arrestan al «jefe de jefes» de la mafia tras 43 años huido
El considerado «jefe de jefes» de la mafia siciliana, Bernardo Provenzano, de 73 años, fue detenido ayer por la Policía tras 43 años huido de la Justicia. Fue arrestado a pocos kilómetros de su pueblo, Corleone, donde comenzó a construir su imperio. Su huida se había convertido en la más larga y misteriosa de la historia de la delincuencia.
ROMA
La detención de Bernardo Provenzano fue comunicada ayer por la Policía italiana. A pesar de que los investigadores siempre habían considerado que Provenzano que se había escapado de la detención en varias ocasiones gracias a una amplia red de cobertura se refugiaba en Italia, nadie podía cree que Binnu u Tratturi (Binnu el Tractor, como se le conocía por su fuerte físico) sería detenido tan cerca de Corleone, donde aún vive su familia.
Provenzano, considerado el «jefe de jefes» de la mafia italiana, se encontraba en el momento de su detención en una casa de campo vestido con un pantalón y una camiseta. Aunque al principio no admitió que fuese Bernardo Provenzano, posteriormente lo confirmó, aunque los investigadores comprobaron su ADN. La muestra del ADN se había obtenido después de que fuese operado hace años de la próstata.
Las dificultades para su identificación eran tantas porque la Policía sólo contaba con una vieja fotografía de 1959, cuando fue citado para un interrogatorio de rutina, cuando tenía 26 años y estaba comenzando su carrera que le llevaría a ser uno de los más sanguinarios y poderosos jefes de la Mafia siciliana. Cuatro años más tarde, el 18 de septiembre de 1963, tras ser denunciado por la muerte de uno de sus rivales, desapareció para siempre.
En el momento de la detención, Provenzano tenía en el pantalón varios pizzini, los papelitos escritos a mano o con una vieja máquina de escribir a través de los cuales, durante estos 43 años de huida, se comunicaba con sus cómplices y su familia, y que le servían para mantener el control de las actividades ilegales de la Cosa Nostra (mafia siciliana).
Según los investigadores, Provenzano no utilizaba nunca el teléfono o el móvil ante el peligro de ser interceptado. También cambiaba de casa cada cierto tiempo. La Policía en estos años logró descubrir dos de las casas en las que estaba viviendo, pero siempre alguien conseguía filtrar la información y Provenzano escapaba minutos antes de la operación.
Han sido estos pizzini los que al final han traicionado a O Binnu, ya que la Policía siguió los mensajes escritos por su mujer y que pasaban de mano en mano hasta llegar a él. Según el jefe de Policía de Palermo, Giuseppe Caruso, su arresto no fue debido a la traición de alguno de sus hombres de confianza.
Siempre cerca de Corleone
ROMA Se cree que Provenzano nunca se alejó de Corleone y que gracias a la llamada omerta (el silencio de los ciudadanos) estuvo siempre en paredero seguro. Se conoce sólo que en el 2003 acudió a una clínica de Marsella para ser operado de un tumor. Se hizo pasar por un siciliano llamado Gaspare Troja, e incluso consiguió un formulario de la sanidad siciliana para poder ser intervenido sin necesidad de pagar. Durante estos años ha surgido numerosos rumores e historias sobre Provenzano. Giusi Vitale, la primera mujer que se ha encargado de dirigir una familia mafiosa, explicó que en 1992, en una de las reuniones con el resto de las familias, Provenzano, apareció vestido de obispo para despistar a la Policía.
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