DARMSTADT
La nave europea Venus Express entró ayer con éxito en la órbita del planeta más cercano a la Tierra, Venus, con el fin estudiar su enigmática atmósfera y, sobre todo, el efecto invernadero. Según dio a conocer la Agencia Espacial Europea (ESA) en su centro de control ubicado en Darmstadt (oeste de Alemania), la maniobra se inició con el encendido del motor principal a las 7.17 GMT (09.17 en Euskal Herria) y posteriormente la sonda se dirigió en la dirección correcta.
Después de un viaje de cinco meses y 400 millones de kilómetros por el Sistema Solar, tras su lanzamiento el pasado 9 de noviembre, Venus Express alcanzó su objetivo.
Una vez encendido el motor principal, los ingenieros de la ESA giraron la sonda Venus Express en dirección contraria a Venus con el fin de que comenzara a disminuir su velocidad, en ese momento de 30.000 kilómetros por hora, en relación con el planeta y pudiera ser capturada por su gravedad.
La ESA también informó de que, posteriormente, a las 07.45 GMT el satélite atravesó una fase de ocultación durante cerca de 10 minutos en los que no tuvo contacto con la Tierra y tras la que se apagó el motor.
En ese preciso momento, a las 08.07 GMT, una vez confirmado que se había apagado el motor, los científicos e ingenieros reunidos en el centro de control de la ESA rompieron en aplausos, abrazos y gritos de alegría al poder verificar que Venus Express había conseguido entrar en la órbita de Venus.
En esa crucial maniobra, Venus Express utilizó el 90% de los 570 kilos de combustible que llevaba a bordo, según informó la agencia espacial europea.
Efecto invernadero
Las informaciones que aporte la sonda espacial Venus Express sobre la densa y desconocida atmósfera de este planeta pueden contribuir a explicar la formación del efecto invernadero en el planeta Tierra. La atmósfera de Venus, el planeta más caliente del Sistema Solar, está compuesta principalmente de anhídrido carbónico y ácido sulfúrico.
Para recopilar la información, Venus Express está equipada con siete instrumentos científicos como espectrómetros, captadores de imágenes y un analizador de plasma. La sonda seguirá a Venus en una órbita muy elíptica a una altitud máxima de 66.000 kilómetros y mínima de 250 kilómetros por encima de los polos.