YAMENA
Idriss Deby acusó ayer a Sudán de intentar promover la caída de su gobierno dando apoyo a los rebeldes del Frente Unido por el Cambio (FUC) y reclamó una intervención de la comunidad internacional.
Deby anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Sudán y amenazó con expulsar a los 200.000 refugiados sudaneses que viven en campos en el este de Chad, huyendo de la guerra que asola al enclave de Darfur desde febrero de 2003. «Si después de junio no podemos garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos y de los refugiados, corresponderá a la comunidad internacional encontrar otro país donde alojarlos», advirtió. La capital amaneció ayer en calma pero los vecinos no ocultaban su temor a un nuevo ataque de la guerrilla, que presentó su retirada como un «repliegue táctico».
Deby ha modificado la Constitución para aspirar a un tercer mandato en las elecciones del próximo 3 de mayo.
La guerrilla del FUC niega tener el sostén de Sudán, cuyo Gobierno respondió acusando a Chad de apoyar a los rebeldes de Darfur, enclave que es escenario de la mayor crisis humanitaria de la actualidad.
La población local ha sido la principal víctima del conflicto, sobre todo a manos de las milicias árabes janjaweed, apoyadas por el Gobierno. Se estima que entre 180.000 y 200.000 personas han muerto y dos millones han dejado sus hogares.
Deby llamó a la atención del mundo para detener el genocidio de Darfur.