MALLORCA 0

ALAVES 0

GASTEIZ

Obligado por las circunstancias o por haber aprendido de los errores, el mismo Piterman que sacó a cinco delanteros ante este mismo rival en Mendizorrotza en la primera vuelta, confía ahora mismo todas sus opciones a la línea defensiva y mantiene con vida a su equipo atascado en salir del fondo. Con el de ayer, el Alavés lleva ya cuatro empates a cero en las últimas seis jornadas, tres de ellos fuera de casa, y su último gol como visitante data de la jornada 26 en el Madrigal, aunque curiosmante los dos que hizo al Villarreal no le sirvieron para sumar punto alguno.

El equilibrio sigue siendo la asignatura pendiente de un Alavés que cuando ataca no defiende y que cuando como ayer, apuesta por defender, pierde mucha de su eficacia. Jugar con la presión de otro rival acogotado pudo salirle bien si hubieran estado más acertados en los buenos últimos 20 minutos de la primera parte o si Mena y Elton hubieran estado más acertados y rodados en dos buenas ocasiones en los últimos minutos, pero fue ese miedo a perder el que llevó a Piterman a retirar del campo a Bodipo y Aloisi y quién sabe qué hubiera podido pasar si hubiera sido el australiano el que rematara de cabeza en el 87.

Pero el miedo no es exclusivo del Alavés. La premura clasificatoria pesó en ambos equipos que se enfrascaron en un partido de múltiples faltas, especialmente en una primera media de absolutamente nada, en la que tanto bermellones como albiazules estaban mucho más pendientes de no cometer errores que de buscar la portería rival.

Poco a poco, su condición de local, lejos de beneficiarle, fue pesando a un Mallorca que trató de estirarse a partir de su mayor posesión de balón que, sin embargo, no hizo sino abrir huecos en su defensa, espacios que el Alavés a punto estuvo de aprovechar, basándose en unos minutos en los que sus pivotes se hicieron con el timón.

Buenos 20 minutos

Arango, con dos disparos lejanos que no crearon demasiados problemas a Franco Costanzo, firmó el pobre balance ofensivo de un Mallorca timorato que, entre los pitos de sus aficionados, se vio prácticamente asediado en su área por un Alavés en el que sus dos pivotes adelantaron la línea de presión y se hacían con todos los rechaces. Precisamente un robo de Juanito con el consiguiente pase en profundidad a las espaldas de los centrales dio a Bodipo la oportunidad más clara de toda la primera mitad, pero el sevillano se topó con un Prats que anduvo muy rápido en su salida.

Nuevamente Bodipo, con disparo demasiado flojo, y De Lucas, que se dejó caer tras controlar mal dentro del área, finiquitaron un buen final de la primera parte sin premio.

Las tornas cambiaron, y mucho, tras la reanudación. El Alavés echó el pasito atrás desde salida de vestuarios, una inercia que se vio reforzada con el cambio de Carpintero por De Lucas, lo que dejaba al Alavés sin una de sus vías de salida, ya que fue Astudillo el que se colocó en banda. De la mano de un Arango que agradeció que Manzano le colocara a Víctor como referencia por delante suyo, el Mallorca fue sumando aproximaciones, las más claras a balón parado, como un remate de Nunes que salió desviado y otro cabezazo de Pereyra que dio encima del larguero.

En los últimos minutos el protagonismo recayó en los jugadores de refresco y lo mismo que el Alavés agradeció la falta de mordiente de un Okubo que se encontró dos buenas ocasiones prácticamente de la nada, al Mallorca no le vino nada mal que fuera Elton el que cabeceara, completamente solo, un buen centro de un Mena que poco después cazó un balón al borde del área que mandó fuera, sellando un empate a cero que mantiene enfrascados a ambos en la lucha por sacar la cabeza del fango.