Apartir de las nueve de la mañana de hoy, el niño Alvaro Beamonte Iturre, de nueve años, descenderá desde la balconada de la Plaza de Nueva de Tutera en una edición más de la tradicional ‘‘Bajada del Angel’’. Será uno de los actos principales de este domingo en Euskal Herria dentro de la Semana Santa que ya toca a su fin. Catorce menores postulaban a representar este personaje, y sólo uno lo ha conseguido. En cambio, ayer, cientos de vecinos se dieron cita, bajo la lluvia, en la misma plaza de la localidad navarra para celebrar el llamado Volatín, donde se juzga al personaje de Judas, se le zarandea y despedaza, mientras se reparten caramelos, globos y demás obsequios.

Quienes no quieran ir hasta Tutera y sí quieran presenciar el juicio a Judas, pueden acercarse a la localidad de Samaniego, en Rioja Alavesa, donde se procederá a su quema tras ser condenado en la plaza y colgado previamente de un chopo talado en los montes de alrededor. EnGesaltza, en la comarca de Valles Alaveses, se hará también lo propio pero se le atará a un sauco. En Nafarroa, hoy es una buena oportunidad para seguir de balcón en balcón al mismísimo Judas, mientras escapa de los vecinos que le persiguen hasta apresarlo. Esta cita es en el pueblo de Cabanillas.

Pero no sólo en algunos pueblos vascos, sino también en capitales como Bilbo se pueden seguir los últimos actos de la Semana Santa. En la capital vizcaina, la Hermandad de Cofradías Penitenciales llevará a cabo la Procesión de la Luz y la Resurección, que partirá a las 13.00 desde la catedral de Santiago y se dirigirá hasta la plaza del mismo nombre, tras pasar por Bidebarrieta. Aquí estarán todos los miembros de las cofradías bilbainas. «No se revestirán con la túnica penitencial, por tratarse de una procesión de gloria, sino que se vestirán de calle, lo más digna y festivamente posible, como indica la liturgia de ese día», señalan.

Llega poco a poco a su fin este respiro festivo que deja atrás las tradicionales citas de Balmaseda, Andosilla o Segura, y que, además de a estos encuentros religioso-turísticos, ha hecho que miles de personas se acerquen estos días hasta Euskal Herria. Un ejemplo era ver ayer las interminables colas para adentrarse en el Museo Guggenheim bilbaino. -