Los países ricos temen al déficit de Estados Unidos
El riesgo para la economía mundial de la persistencia de desequilibrios financieros en el mundo, en particular por el doble déficit de Estados Unidos (presupuestario y comercial) será uno de los temas de discusión en la reunión de ministros de Finanzas del G-7 el próximo día 21. También el FMI ha advertido sobre estos desequilibrios.
WASHINGTON
Según fuentes francesas, no se puede excluir «un escenario catastrófico» derivado de las tensiones derivadas de ese doble déficit, y que ese escenario se va haciendo más plausible en la medida en que el agujero en las cuentas estadounidenses es una situación que se prolonga en el tiempo y no se reabsorbe.Ese riesgo podría materializarse bajo la forma de una depreciación brutal del dólar por una pérdida de confianza de los inversores por la situación financiera de Estados Unidos (con un saldo presupuestario negativo equivalente al 4% del PIB) que sería «perjudicial para todos», según las fuentes. Por eso en la reunión de los ministros del G-7 en Washington se planteará la conveniencia de que EEUU reduzca su déficit, pero también que China estimule la demanda interna y atenúe el elevado nivel de ahorro de los particulares y de acopio de divisas por el Estado. Los titulares de Finanzas también abordarán otras amenazas que podrían truncar una situación económica que estiman «extremadamente favorable» a escala mundial, con un crecimiento que los grandes organismos financieros internacionales calculan que estará en torno al 4,8% este año. Entre esas amenazas está el elevado precio del petróleo, que hasta ahora se ha podido absorber y no ha acarreado una reacción inflacionista por la vía del freno a los salarios, pero el futuro no está claro dada la extrema volatilidad de los mercados y el bajo nivel de capacidad de extracción de crudo no utilizada.
Precio del petróleo También el FMI, en su informe «Perspectivas Económicas Mundiales», cree que el alto precio del crudo está empeorando los desequilibrios financieros mundiales al elevar el déficit comercial de EEUU y mantener bajos los intereses, por el aumento del ahorro en los países productores. En su informe, el FMI alertó de que la falta de ajuste de los desequilibrios de cuenta corriente a nivel mundial es «inquietante». «Los desequilibrios están ampliándose, en vez de reducirse», indicó el economista jefe del organismo, Raghuram Rajan.
El agujero de 224.900 millones de dólares en las cuentas externas de EEUU, que le hace depender de inyecciones de capital extranjero, «exacerba el riesgo de un ajuste a la baja de la moneda, que dispararía las tasas de interés nacionales y podría causar una recesión», según el Fondo. Gran parte de la culpa de este problema es el alto precio del crudo, que encarece la factura de importaciones de EEUU. El FMI pide a los países exportadores elevar su gasto en educación e infraestructura y a los importadores que no intenten contener el alza del petróleo con subsidios u otras medidas, y permitan que se traduzca en precios más altos en las gasolineras, para incentivar un menor consumo de energía.
La mano de obra barata contuvo la inflación
WASHINGTON La globalización ha reducido la inflación en las «economías avanzadas», que han podido comprar bienes producidos con mano de obra barata en otros países, según el FMI. Así, se ha frenado los precios «a pesar de significativos encarecimientos de las materias primas», así como un crecimiento económico «fuerte» de las economías, y bajas tasas de interés, añade. En el pasado, un aumento de la demanda interna se traducía después de un tiempo en inflación, ya que las fábricas estatales no daban abasto a los pedidos. No obstante, con la apertura comercial, que es parte del fenómeno conocido como globalización, los supermercados y las tiendas han podido abastecerse de productos importados, sin tener que subir los precios, según el FMI, que calcula que la globalización ha reducido la inflación en un promedio de un cuarto de punto porcentual cada año en los países ricos. El mismo efecto ha restringido el crecimiento de precios y de sueldos en los sectores más expuestos a la competencia internacional, como las industrias textiles y de electrónicos
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