El día 13 Jueves Santo los trabajadores del comercio en Nafarroa salimos de nuevo a la calle para denunciar la apertura de los comercios en festivos.
En LAB estamos trabajando para que esta reivindicación sea, como ya lo es en Vascongadas, una realidad también en Nafarroa, un logro que fue posible gracias a la lucha y movilización de compañeros del sector y al apoyo de colectivos sociales que defendieron el derecho al ocio y al descanso frente a la implantación del consumo por el consumo.
No entendemos por qué las grandes cadenas que operan en los diferentes territorios de Euskal Herria mantienen criterios distintos según el sitio. Las razones por las que defendemos la no apertura en domingos y festivos son muchas. Empeoran las condiciones laborales de los trabajadores del sector, ya de por sí precarias; la mayoría sólo dispone de un día de descanso semanal, con jornadas partidas, prolongaciones de jornada, cambios de turno de un día para otro y un largo etcétera de situaciones penosas, lo que hace muy difícil poder conciliar la vida laboral y familiar. Es una contradicción que cuando se da tanta importancia a esta conciliación y los gobiernos de turno tanto presumen de establecer medidas en este sentido, no se tenga en cuenta la situación que viven estos trabajadores.
Esto es así por el interés de las grandes superficies comerciales en hacerse con mayores cuotas de mercado, sin tener en cuenta ni los intereses de sus empleados, ni los del pequeño comercio.
La realidad que vivimos en Nafarroa es preocupante, ya que el Gobierno no sólo no establece políticas de organización del espacio comercial para que puedan convivir los diferentes modelos (Nafarroa es la tercera comunidad en superficie comercial ocupada, por detrás de Madrid y Asturias), sino que utiliza políticas de favoritismo con estos centros, como ha ocurrido con El Corte Inglés, permitiéndole ocupar dos calles y modificando incluso paradas de los autobuses públicos, mientras no hace nada para que el pequeño comercio pueda mantenerse.
Este crecimiento e implantación de grandes centros, junto con su interés por abrir los festivos, está suponiendo la desaparición de buena parte del pequeño comercio, que se ve obligado a cerrar sus puertas ante la imposibilidad de competir con esos grandes monstruos. En los últimos cuatro años ha desaparecido más del 20% del comercio familiar y de barrio. El más afectado está siendo el de alimentación, sector en el que, en Nafarroa, no existe ninguna cadena de empresariado local.
Además, la mayoría de estas empresas se sitúa en la periferia de las ciudades, fundamentalmente Iruñea, lo que puede generar, como ocurrió en otros países, una desertización importante de barrios, pueblos y centros de las ciudades, ya que los pequeños comercios, poco a poco, van cerrando. El ejemplo más claro lo tenemos en el casco viejo de Iruñea, donde cada vez es mayor el número de pequeñas tiendas cerradas.
El empleo que se destruye no se compensa con el que crean las grandes superficies. Y el poco que éstas generan es, en la mayoría de los casos, precario, con contratos a tiempo parcial, con trabajadores subcontratados y sin derechos.
La liberalización de los horarios comerciales está trayendo importantes repercusiones que aún estamos a tiempo de parar. Lo que se esconde detrás es el modelo de sociedad que nos tratan de imponer, un modelo cada vez más consumista, en perjuicio de otros hábitos más saludables, como son la cultura, el deporte o las relaciones sociales.
Los consumidores, que también somos trabajadores de otros sectores, estamos defendiendo nuestro derecho a tener unas condiciones laborales dignas en nuestro trabajo, que nos posibiliten poder conciliar nuestra vida familiar y social con la laboral. Pero con nuestra presencia en estos centros estamos obligando a otros a trabajar, sin tener en cuenta su situación, en lugar de exigir al Gobierno centros y políticas de ocio que nada tengan que ver con el consumo.
Tampoco podemos caer en debates estériles sobre la supuesta necesidad de abrir los festivos para asegurar el abastecimiento de la población, porque nunca han estado los comercios abiertos tantas horas al día. ¿Quién no tiene tiempo para comprar con 12 horas diarias de apertura de lunes a sábado? ¿A quién quieren engañar? Que la no apertura de los comercios en domingos y festivos sea una realidad está en nuestras manos. No vayas a comprar esos días. -