BELOKI 22
ZEARRA 12
DONOSTIA
Rubén Beloki se clasificó para los cuartos de final del Manomanista a pesar del tirón muscular que sufrió en su aductor derecho y que pone en peligro su participación en el encuentro que le enfrentará a Patxi Ruiz. El zaguero de Burlata tiene un espacio de quince días para recuperarse, lo que podría no ser suficiente si se confirma la rotura fibrilar en las pruebas que se le realizarán en breve.
Beloki dominó el partido basándose en la jugada inicial y su demoledor derechazo. Las virtudes que un día le hicieron entrar a formar parte de la historia del Manomanista volvieron a aflorar ante un Oier Zearra tímido y poco confiado en sus posibilidades. Un par de saques afilados y los nervios iniciales del vizcaino desembocaron en un desesperante 6-0, que hacían presagiar un partido roto desde el inicio.
Oier sacó la casta y, con más empeño que calidad, encadenó cuatro tantos que le volvían a meter en el partido. Precisamente el 6-4 para Zearra fue el tanto más peloteado con 25 pegadas y que más aplausos arrancó al respetable gracias a la perfecta dejada ejecutada por el zaguero de Galdakao.
A partir de ese momento, la contienda fue dando giros sin un dominador claro en el juego, pero con importantes ventajas que siempre premiaban el mayor acierto con el saque de Beloki. Un alocado intercambio de dejaditas en el ancho acercó a Zearra hasta al 11-8, pero su oponente volvió a abrir hueco.
A vestuarios
Rubén sufrió un fuerte pinchazo al efectuar un saque y se retiró a vestuarios con el 14-8 a favor. El doctor Urrutia le puso un vendaje, pero el navarro volvió a la cancha del Labrit visiblemente mermado. Un pelotazo que llevó por los pelos Zearra (15-9) evidenció el renqueante estado de salud del cuatro veces campeón.
El vizcaino sabía que la remontada pasaba por mover al rival y arriesgar en la finalización. Pero Oier no estuvo muy acertado, Rubén se defendió como un jabato incluido una volea al txoko que a Oier le pareció atxiki y, al final, fue Beloki el que endosó un 4-0 letal a Zearra sellando el 19-9.
La última intentona de Oier, que devolvió la moneda con una clara estorbada en el 19-12, apenas sirvió para pasar la barrera de los once tantos.