Afectados por el amianto denuncian «un pacto de silencio» en apoyo de las empresas
Familiares y afectados por el amianto denunciaron ayer en Bilbo la existencia de «un pacto de silencio» para proteger a las empresas que en sus procesos de producción no adoptaron las medidas preventivas necesarias contra ese mineral cancerígeno. La Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi y la central CCOO de Euskadi reclaman un registro de todos los afectados por amianto y acusaron directamente a la Administración, a Osakidetza y a Osalan de «no llevar adelante un control de prevención», que sirva a los afectados para obtener la declaración de enfermedad profesional.
BILBO
Un importante número de afectados y familiares de víctimas del amianto se reunieron ayer en Bilbo, convocados por la Asociación de Víctimas del Amianto en Euskadi y CCOO, para dar un impulso a la visualización social de este grave problema de salud laboral que padecen muchos trabajadores o ex trabajadores que estuvieron en contacto con este mineral cancerígeno durante parte de su vida laboral.
Los datos oficiales de la Unión Europea establecen que en los próximos veinte años fallecerán 250.000 personas a causa de mesotelioma pleural, un tipo de cáncer ligado al amianto, y entre otras 250.000 y 400.000 personas por asbestosis, también producida por el amianto. Jesús Uzkudun, responsable de Salud Laboral de CCOO de Euskadi, aseguró que provocará la muerte de 10.000 ex trabajadores entre la población vasca.
Txus Macías, secretario de la asociación de víctimas, recordó que, durante años, los trabajadores han estado en contacto con el amianto sin que en las empresas se pusieran en marcha medidas de seguridad y sin que se controlase su historial médico. Macías recordó que la preocupación de las empresas se centró sólo «en llenar más sus bolsillos de beneficios, pero no se preocuparon de la salud de los trabajadores. Les daba igual, mientras obtuvieran más y más beneficios». En este comentario coincidieron varios de los familiares y afectados, debido a que nadie les alertó de la peligrosidad del mineral, cuando se conocía su efecto maligno desde mediados del siglo pasado. En este caso, Uzkudun denunció, junto a los afectados y a sus familiares y amigos, que desde la Administración pública se está colaborando con las empresas para que «se deje en silencio este grave problema». Denunció las trabas que se suceden desde la Administración pública o las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales para que al trabajador afectado se le reconozca la enfermedad profesional y pueda obtener una indemnización por el daño causado. «Tengo en mi mano el ejemplo del trabajador Juan Márquez, de Nervacero, que la mutua nos ha comunicado precisamente hoy que ha recurrido el reconocimiento de la enfermedad profesional ligada al amianto, aunque la empresa se la reconoce», precisó Uzkudun.
Culpó a Osakidetza y a Osalan de forma directa porque «tendrían que informar de los efectos del amianto en cuanto se detecta un caso. No se hace. Se trata de silenciar esta grave situación».
En ese sentido, CCOO y la Asociación de Víctimas del Amianto pidieron un registro de todas las personas afectadas, porque «está claro que hay un desconocimiento del tema, porque muchas empresas que emplearon amianto no se dieron de alta en los registros obligatorios y, sin embargo, están apareciendo casos de afectados. Es un goteo permanente», explicó Macías. Uzkudun recordó que «si no se dan los pasos en esa dirección, tendremos que inundar los juzgados de denuncias. En Estados Unidos en 1982 se interpusieron 21.000 demandas y en 2002 alcanzaron las 600.000. Estamos dispuestos a hacerlo», insistió.
«Desamianté 3.000 vagones de Renfe sin protección»
BILBO José Luis Villasanto, ex trabajador afectado por un mesotelioma, explicó ayer que «desamianté entre 2.000 y 3.000 vagones de Renfe en Valladolid sin protección alguna. Esos trenes iban a Francia y tenían que estar desamiantados. Ellos nos pedían seguridad, mientras que realizábamos el trabajo sin seguridad.Lo cierto es que cogí la enfermedad», explicó el trabajador, que se trasladó de Valladolid a Bilbo a continuar con su trabajo. También Patxi Korta explicó su «amarga vida» con el amianto que le ha llevado a desarrollar el cáncer, y que se encuentra en papeleos para que se le reconozca la enfermedad profesional. Nieves Rodríguez, presidenta de la Asociación de Víctimas del Amianto y viuda de José María González Esteban, que trabajó en Babcock Wilcox Española, recordó que «nadie les informó del peligro» y pidió a todos los afectados que «no callen y sigan luchando por ellos, nuestros seres queridos que han quedado en el camino, y porque se sepa que los empresarios no pusieron las medidas de seguridad y prevención adecuadas». Veinte empresas Hay controladas una serie de empresas donde el amianto ha afectado a los trabajadores. Son: Montero KF, Elecqui, Fundiciones Bereziartu, Sidenor, Paisa, Garaje Moderno, Olarra, CAF, Guardian Llodio, Baquelita, Nervacero, Arcelor, Babcock. También Renfe, Petronor, Asua, Astilleros Españoles, e incluso, Envases Metalúrgicos. «Se desconoce la totalidad», denunciaron.
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