PARIS
La ministra francesa de Ecología, Nelly Olin, pidió ayer calma a los ganaderos ante su plan para soltar en las próximas semanas cinco osos eslovenos en los Pirineos con el fin de reforzar la actual población. Olin, que participaba en una reunión de responsables de parques nacionales en Valdeblore (sureste del Estado francés) subrayó que el plan «es un gesto que sólo permitirá reemplazar a los osos muertos; es un plan razonable que todo el mundo debería aceptar».
Tras insistir en que la población de osos en los Pirineos está en peligro de extinción, afirmó de que «es hora de que se calmen las pasiones», y recordó el proceso de concertación que se sigue desde hace un año para poner en marcha la iniciativa.
La ministra, aunque dijo «comprender» las razones de quienes se oponen al proyecto, insistió en las garantías ofrecidas a los ganaderos, quienes recibirán ayudas para la acción de los pastores e indemnizaciones en caso de ataques, como lo hacen en el caso de los lobos.
Varios municipios, incluido el Consejo General del departamento de Ariège, han presentado un recurso ante el Consejo de Estado contra la suelta de los osos eslovenos.
Además, el pasado día 1 tuvo lugar una manifestación en el pueblo de Arbas, cuyo Ayuntamiento se ha ofrecido para que su municipio sea uno en los que se proceda a la suelta de los animales.
Mientras tanto, las autoridades eslovenas han desplegado un plan para cazar en sus montañas, mediante trampas, a los osos pardos que serán trasladados a los Pirineos. En la diminuta localidad montañosa de Masun, cuyos habitantes están habituados a convivir con los osos, las autoridades eslovenas hicieron ayer una muestra a la prensa del entorno y los artefactos con que se realiza la caza.
Eslovenia, con un territorio similar al de Euskal Herria, tiene entre 500 y 700 osos, genéticamente muy parecidos al oso pirenaico.
«Utilizamos trampas tradicionales de los tramperos canadienses, que van atadas a un árbol para que el oso no pueda fugarse una vez cogido», explicó Marko Jonozovic, jefe del departamento para animales silvestres y jefe del proyecto de la captura de los osos.
El artefacto, a diferencia de otros similares usados durante siglos en las Américas para capturar a ejemplares de esta gran fiera, la mayor que queda en Europa, está conectado a un sistema de alarma y un transmisor, que alertará a un equipo de veterinarios alojado en un hogar de montaña.
«En cuanto recibamos la señal añadió, llegaremos a unos 10-15 metros del animal, evaluaremos su peso y, conforme al mismo, se determinará la cantidad de somnífero que se le inyectará desde un fusil, precisó Jonozovic, tras asegurar que toda la operación se hace con las máximas precauciones para minimizar el dolor y el estrés al animal».
