Escaparate de la música coral
El Koruen Eguna es una de las jornadas más populares de Musikaste, como no podía ser de otra manera en una ciudad que alberga a dos de los mejores coros de Euskal Herría: el Andra Mari y el Landarbaso. En la velada del viernes se les sumaron otras cuatro formaciones de muy distintas características, como escaparate del activismo coral en Gipuzkoa. Comenzaron los hombres, ya maduros, de la Capilla Grogorianista Easo, entonando varias piezas religiosas de Fr. Andrés de Sostoa. Tras ellos actuaron los invitados más jóvenes de la noche, los del Illunbe Gazte Abesbatza, cuya edad media debía rondar los 15 años, que dieron un salto en el tiempo ofreciendo tres sencillos arreglos de los popularísimos “Bizitzarekin Dantzan”, “Lau teilatu” y “Arratsalde honetan”, cantados con ganas y buenos resultados. Les siguió el Landarbaso, con su habitual despliegue de trajes populares. Estrenaron la bonita “Zuk Zure Ama”, de Xabier Sarasola, y “Kantua eta Dantza”, del director del Landarbaso Iñaki Tolaretxipi, de una construcción musical no muy sólida pero despistando de este detalle con una apelación un tanto facilona a los sentimientos patrióticos. La actuación que pasó más desapercibida fue la del Bogoroditsie Abesbatza, que sin embargo ofreció uno de los arreglos más interesantes de todo el recital, la del “Ardotxo txuria” por el finlandés Jaakko Mäntyjärvi. Les sucedió KUP Taldea, enésimo coro de bolos con caras de sobra conocidas y que, aunque sonaba bien, no parecía poseer una línea musical muy definida en sus interpretaciones de Aita Donostia.
La mejor actuación de la noche fue, sin duda, la del Andra Mari Abesbatza, que ofreció una obra sobresaliente de Gotzon Aulestia. En un ambiente plagado de compositores diletantes, se notó la formación y profesionalidad de Aulestia en “Bertsolaria”, una intensa pieza de lucimiento que brilló con luz propia en las recias voces del Andra Mari, dirigido por su titular José Manuel Tife. -
Mikel CHAMIZO
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