En unas recientes declaraciones el alcalde de Izaba afirmaba, entre otras perlas, y en relación al Centro de Esquí en Larra, que los Pirineos van a ser un sitio donde «el que tenga y quiera hablar deberá antes levantar la mano y preguntar».
Nos merece un sincero respeto la labor social de aquellas personas que dedican tiempo y energías, sin buscar lucro personal alguno, a la gestión municipal. Valorar si dicha gestión es buena o mala sólo corresponde a los electores de la localidad. Nunca hemos emitido juicio de valor alguno sobre las cosas de los pueblos.
El ámbito sobre el que estamos aportando elementos para la reflexión y el debate son las montañas y la defensa de los espacios naturales protegidos que, como el aire, las nubes o las nieves, no son, afortunadamente, propiedad de nadie y son a su vez patrimonio común.
«Ser de» o «dueño de» tampoco otorga barra libre para a hacer o deshacer a capricho. Resulta ridícula la «lógica» del alcalde de Izaba con el Centro de Esquí: el típico «el monte es mío y hago lo que quiero». ¿Supone esto que los vecinos de Izaba pueden hacer en sus propiedades, rústicas o urbanas, cuantas obras deseen sin atenerse a legislación alguna? ¿Y la igualdad ante la ley y las ordenanzas?
Además de su dudoso carácter democrático, estas declaraciones han ido acompañadas de acusaciones enigmáticas que culpabilizan de todos los males a «agrupaciones», «estructuras de poder», «lobbies»... y precedidas de otras que culpabilizan a «ecologistas», «urbanitas»Š siempre fantasmas «de fuera».
¿Y cómo calificar que se niegue el derecho de opinión cuando varios proyectos de centro de esquí, realizados por empresas de Pamplona, por cierto, los ha pagado en su totalidad el Gobierno de Navarra con dinero de todos (no estaría de más que la Cámara de Comptos aclare los incumplimientos del procedimiento administrativo) y cuando Sanz promete cinco millones de las arcas forales para hacer las obras? ¿Podemos pagar pero no opinar?
Los títulos de propiedad (que en Pirineos se reparten entre particulares y Administración pública), las partidas de nacimiento, las credenciales de concejal o alcaldeŠ no dan conocimientos. Es más, en política miedo dan aquellos que creen saber de todo y más que nadie y desprecian la opinión de quienes son especialistas. No es buen político quien presume de saber de todo, sino quien se sabe asesorar en cada cuestión por los expertos oportunos.
En vista de los informes técnicos relativos al Centro de Esquí y al hecho de que han tenido que hacer un nuevo proyecto porque los anteriores (2003 y 2000) contenían tales impactos que hubieran sido ilegales, lo pertinente sería que el alcalde pidiese disculpas a los izabarras que soportaron pitadas e insultos frente a sus negocios y casas y a los que el tiempo y los informes han dado la razón, disculpas a las familias de los escolares navarros a los que utilizó como órdago suspendiendo la Semana Blanca, y disculpas a la opinión pública por todas las falsedades dichas para defender un modelo de centro de esquí para cuyos proyectos redujeron, inútilmente, la Reserva Natural de Larra.
El presente y futuro de algunas montañas como Larra se sustenta, por encima títulos de propiedad y de líneas en los mapas, en su condición de espacios naturales protegidos, regulados por legislación foral (Reserva Natural) y comunitaria (LIC). Albergan hábitats y especies que no pertenecen a alcalde alguno, que son patrimonio común de todos los navarros y navarras y de la propia Comunidad Europea. Y, al margen de consideraciones éticas o incluso jurídicas, también pagamos por ello: el 10% de los ingresos anuales en el presupuesto de la Junta de Valle de Roncal corresponde al dinero que todos pagamos, desde los Presupuestos Generales de Navarra, en compensación por la Reserva Natural.
Así las cosas, queriendo disimular que metió la pata, qué mejor ocurrencia que meter la otra días después. El alcalde de Izaba remitió a los medios de Comunicación un escrito de rechazo al oso firmado por 35 Asociaciones y cargos públicos de ambas vertientes pirenaicas (algunos ya se han desmarcado): de 19 cargos públicos, y sólo tres firman como alcaldes. Carecen de legitimidad para arrogarse la representación de los Pirineos. Constituye un desprecio hacia las cien asociaciones (entre ellas las federaciones de montaña de Navarra, Aragón y Catalunya) que hemos firmado a favor de la recuperación del oso, y una falta de respeto hacia otros representantes democráticos del territorio, de la población local: sólo en el Pirineo Central francés, que es donde llevan 10 años conviviendo con los primeros osos que se soltaron, apoyan soltar más osas 131 cargos públicos, entre los que hay 59 alcaldes. Todas las encuestas otorgan entre un 70% y un 80% de apoyo de la población local a esta iniciativa para evitar la extinción del oso en Pirineos.
Pero lo que ya supera el ámbito del debate racional y democrático difundir en los medios que «la situación sanitaria de los osos reintroducidos presenta serios problemas de salud pública a los humanos» y que «también afecta a las razas ganaderas y especies de fauna autóctona».
El alcalde de Izaba y un juntero (únicos navarros entre los ¿35? anti-osos) están en la obligación legal de denunciar esa supuesta situación ante las autoridades sanitarias, aportando pruebas. Les exigimos que lo hagan. Generar una falsa alarma sanitaria de forma premeditada, generar infundadamente miedos, constituye hechos que exigirían la depuración de responsabilidades, dimisiones incluidas.
Afortunadamente ni el uno ni el otro representan con al conjunto del Pirineo; ni siquiera a sus respectivas entidades, Ayuntamiento de Izaba y Junta de Roncal, donde existe diversidad y pluralidad de opiniones. Y es que, aunque no les guste, Roncal, de película, con la huella del oso como icono, existe (www.vallederon-cal.es). No será, pues, el oso tan maloŠ -
(*)También firman los miembros de Larra-Belagua Peio Ariz Martinez, Juanma Hernandez Agudo y Juan Del Barrio.