KABUL
La ofensiva talibán en Afganistán volvió ayer a mostrar la frágil situación que atraviesa el país y las enormes dificultades que encuentran las fuerzas extranjeras de ocupación para extender su control fuera de Kabul. Las provincias sureñas de Helmand y Kandahar fueron ayer escenario de fuertes combates entre los ocupantes, apoyados por sus aliados indígenas, y la guerrilla afgana, con un saldo provisional de dos soldados franceses y uno estadounidense muertos, mientras que las bajas del Ejército afgano podrían ser muy importantes. No está claro el número de milicianos muertos, ya que ayer los diferentes portavoces guardaron silencio.
Los dos ocupantes franceses murieron ayer en un enfrentamiento en la provincia de Kandahar, y un tercero fue herido, según anunció el Ministerio de Defensa francés. Con estas dos muertes son ya siete los franceses fallecidos en Afganistán.
Asimismo, un estadounidense resultó muerto y otros seis heridos en diferentes combates en la provincia de Uruzgan, entre la noche del viernes y ayer.
Emboscada en Helmand
Sin embargo, la peor parte fue para las tropas fieles a los ocupantes. Alrededor de un centenar de soldados afganos, a bordo de una veintena de vehículo, cayó ayer en una emboscada en la provincia de Helmand.
El convoy procedía de otra zona en la misma provincia donde los enfrentamientos del viernes causaron la muerte a seis talibanes y a un militar.Un comandante de la fuerzas afganas sobre el terreno describió la emboscada como una «catástrofe». Según relató, sólo seis vehículos lograron escapar del cerco, mientras alrededor de cincuenta soldados quedaban tras la líneas enemigas.
Restablecido el «control» en la zona y finalizados los combates, el comandante indicó que habían recogido «los cuerpos de cuatro soldados, trece se encuentran desaparecidos y 24 fueron heridos». No ofreció datos sobre posibles bajas entre los milicianos.