DONOSTIA
Los arrantzales de bajura se hicieron ayer a la mar desanimados por la decisión de la UE de no cerrar de inmediato el cierre de la pesquería de anchoa y persuadidos de que la prohibición de faenar anchoa debía haberse producido de forma inmediata. Convencidos de que no lograrán capturar anchoa, tanto por la época del año como por la nefasta situación de la pesquería, los arrantzales intentarán pescar chicharro o sardina hasta iniciar la campaña del bonito.
Unos de los barcos que abandonó a primera hora de la madrugada el puerto guipuzcoano de Getaria ya descargó y vendió, pasado el mediodía de ayer, un total de 3.200 kilos de chicharro. Mientras, la flota pelágica del Estado francés siguió pescando anchoa y llegó a vender ayer la de mayor tamaño a 27 euros el kilo.
Según manifestó a Europa Press el secretario de la Federación de Cofradías de Bizkaia, Aurelio Bilbao, ayer abandonaron los puertos vizcaínos alrededor de una quincena de buques, mientras que de Gipuzkoa partieron 48 embarcaciones «porque de algo se tiene que vivir, vistos los resultados de la campaña de la anchoa».
«La moral de los arrantzales es muy baja, se sienten desanimados y tienen pocas esperanzas de pescar anchoa», afirmó.
Bilbao aseguró que, tras la «desastrosa» campaña de la anchoa, el sector se encuentra a la espera de conocer la propuesta de ayudas que compensen su situación. «Todavía estamos esperando que, como se comprometió, el Gobierno nos dé a conocer su proposición», dijo.
El representante de los arrantzales vizcaínos deseó que el Consejo de Ministros europeos que, a finales de año, negociará los TACs (Total Admisible de Capturas) de anchoa, actúe «con más responsabilidad y atienda los consejos de los científicos».
«Mentir descaradamente»
Sin embargo, precisó que «no tenemos muchas esperanzas, visto que, pese a lo que nos han explicado, la pesquería de la anchoa se abrió por un acuerdo entre Francia y España».
Por su parte, el presidente de las Cofradía de Gipuzkoa, Jaime Tejedor, se mostró «avergonzado» por la actuación del Gobierno español «que ha mentido tan descaradamente». Aseguró que la ministra Elena Espinosa deberá dar explicaciones en su comparecencia de mañana en el Senado español, por una actuación, «que ha sido de Juzgado de Guardia». «Debe dar una explicación en el Senado de por qué nos mintieron diciendo que ellos no querían haber abierto la pesquería, cuando habían alcanzado un acuerdo con Francia», exigió.
El comisario europeo de Pesca, Joe Borg, aseguró la pasada semana que la decisión de abrir la pesquería no partió de la Comisión Europea, como había dado a entender Madrid, sino que respondió a un acuerdo de los Gobiernos español y francés.
Tejedor advirtió al Gobierno español de que los pescadores vascos de bajura se sienten «defraudados y engañados por haber sido utilizados como moneda de cambio». «Es el fraude mayor que se ha hecho a la gente de la mar», denunció.
A su juicio, ha llegado el momento de decir que «esa Administración no es la que nos vale», por lo que reclamó que el consejero de Pesca del Gobierno de Lakua, Gonzalo Sáenz de Samaniego, esté presente en los foros en los que se discutan los asuntos referentes a los arrantzales vascos, «para que luego pueda trasladar los chanchullos que se hacen». Por otra parte, Tejedor anunció que uno de los buques guipuzcoanos que a primera hora de la mañana abandonó el puerto de Getaria, descargó, pasado el mediodía, 300 cajas de chicharro, unos 3.200 kilos, que se vendieron a algo más de un euro el kilo.
Capturas de pelágicos
El presidente de las cofradías de Gipuzkoa también aseguró que la flota pelágica del Estado francés capturó entre el domingo y ayer 85.000 kilos de anchoa y que puso a la venta las piezas de mayor tamaño a 27 euros el kilo.
A su juicio, «la actuación de los franceses están fuera de lugar». Recordó que los arrantzales exigieron el cierre de la pesquería de esta especie porque desean tener un futuro y agregó que, de esta forma, «no se tiene ni presente ni futuro». «Lo que están cogiendo, lo hacen con un arte que esquilma la mar, pero para ellos, con estos precios, cualquier cosa es rentable, porque no miran ni el mañana ni el pasado, sino el día a día», afirmó.