BELGRADO

Políticamente simbólica fue la ausencia en la sesión del primer ministro de Serbia, Vojislav Kostunica, quien 15 días después del referéndum de autodeterminación de Montenegro, no ha reconocido aún formalmente su independencia.

Tampoco asistió el presidente de Serbia, Boris Tadic, quien, al contrario que Kostunica ­conocido por sus buenas e históricas relaciones con el unionismo serbio en Bosnia y en Kosovo­, se apresuró a reconocer el resultado del referéndum y a instar a los unionistas en Montenegro a reconocer la «expresión democrática de la libre voluntad del pueblo montenegrino».

Aunque escasos, hubo llamamientos al optimismo y al futuro del nuevo Estado. «Recuperaremos la gloria de Serbia. ¡Larga vida a la Serbia independiente!», coreó Miloljub Albijanic, del G17-Plus, formación liderada por el presidente Tadic.

El líder del SRS, Tomislav Nikolic, señaló, por contra, que «éste es un día triste para la historia de Serbia». No obstante, el sucesor de Vojislav Seselj ­en prisión en La Haya­ al frente de esta formación reconoció que «los ciudadanos de Montenegro han decidido vivir separadamente. Lo han decidido y les felicito por ello, aunque no refleja mi posición».

En el mismo tono, Milos Aligrudic, del gubernamental DSS (el partido de Kostunica), señaló que «la separación de Montenegro es algo muy duro».

Duro pero inexorable, después de que el Parlamento de Podgorica declarara el pasado sábado la independencia de Montenegro, decidida por más del 55% de sus ciudadanos en el referéndum del 21 de mayo.

La solemne declaración, a la que los diputados montenegrinos asistieron portando escarapelas rojas en sus chaquetas, fue boicoteada por las formaciones unionistas y tampoco respondieron a la invitación los máximos responsables serbios.

A la declaración le siguió la izada solemne de la bandera de Montenegro en el exterior del Parlamento, escoltado por dos soldados con uniformes de principios del siglo XX.

Dos días después, en Belgrado y sin aspaviento alguno, empleados retiraban la bandera del ente federal de la sede del Parlamento, donde ya ondea, en solitario, la enseña tricolor de Serbia.

Comienza la retirada del Ejército serbio de Montenegro

BELGRADO

El Parlamento serbio proclamó oficialmente que «Serbia, en su calidad de heredera legal de la unión, asumirá o heredará formalmente lo que ya existía» y ordenó al Gobierno que en un plazo de 45 días adopte todos los documentos y medidas necesarios para completar el proceso de trasferencia de competencias y para solucionar las cuestiones pendientes con Montenegro.

La declaración solemne tuvo lugar un día después de que el último presidente del ente federal, Svetozar Marovic, renunciara el domingo a su cargo y anunciara la autodisolución tanto del Parlamento como del Gobierno federales.

El Consejo Supremo de Defensa (VSO), comandancia colegiada del Ejército federal, traspasó el pasado viernes el mando sobre las Fuerzas Armadas a los presidentes de las dos repúblicas.

Ayer mismo comenzó el repliegue de los reclutas serbios destinados en Montenegro y el traslado a Serbia de todo el personal, militar y civil, que así lo desee.

El Ministerio de Defensa anunció que hoy a mediodía, en un acto solemne frente a su sede, será arriada la bandera federal y entregada al Museo militar, e izada la tricolor ­rojo, azul y blanco­ de Serbia, al son del himno serbio «Dios de Justicia». Primer paso para la creación de un Ministerio de Defensa serbio propio, así como el de Exteriores, ambos preexistentes en Montenegro antes del referéndum.

Por su parte, el presidente de Montenegro, Filip Vujanovic, anunció la creación del Ejército montenegrino en los próximos días.

Croacia se anticipa

Croacia reconocerá en los próximos días el nuevo Estado de Montenegro. La UE ha anunciado que lo hará la próxima semana.