La del domingo fue una jornada larga para Juan Martínez de Irujo. Hasta las seis de la tarde las horas pasaron pausadamente para el de Ibero, que estaba deseoso de saltar a la cancha y disputarse la txapela del Manomanista con el hasta entonces campeón, Aimar Olaizola. Una vez de plantarse en el veintidós, el tiempo voló. Y cómo. Se caló la txapela en medio de una gran ovación, atendió a los numerosos medios que le esperaban en la sala de prensa y, tras pasar por vestuarios, salió del frontón, donde le esperaba un gran número de aficionados. Cenó con cerca de cien personas en una sidrería y después la fiesta se alargó hasta bien entrada la madrugada. Aun así, el delantero de Aspe atendió durante todo el día de ayer a los medios de comunicación que querían conocer sus impresiones.
¿Cómo está siendo el día después?¿Le hemos
dejado descansar?
La verdad es que el móvil no ha parado de sonar, pero estoy a gusto, muy a gusto.
¿Cómo lo celebró?
Estuvimos unas cien personas cenando en una sidrería. Nos lo pasamos muy bien, hubo un gran ambiente y echamos una buena parranda.
¿Ha visto ya el vídeo de la final?
Lo he visto a trozos. Cuando me he levantado lo estaban viendo en casa y me he puesto a verlo yo también. La verdad es que no fue un buen partido, pero fue emocionante, intenso y muy igualado.
Olaizola II dijo tras la final que había
jugado demasiado precipitado. ¿Fue el mismo error que cometió usted?
Yo sabía que tenía que entrar de aire, jugar rápido y contagiarle mi juego, y creo que así fue. Al final gané yo, pero podía haber ganado cualquiera de los dos.
Tras el partido reconoció que en algunos
instantes se equivocó al intentar terminar rápido el tanto en lugar de seguir
peloteando. ¿Sigue pensando lo mismo?
Sí. Los partidos hay que leerlos cada uno de una forma diferente. Le estaba dando atrás, dominándole, y en alguna ocasión no tenía que haber intentado terminar tan rápido. Hubo una dejada que tiré bien pero que se fue a la chapa, pero hubo otras que no, que fueron tontas. Igual podía haber dominado algo más, pero con el ambiente, los nervios y todo eso propio de una final, tampoco podía pensar mucho.
¿Cree que si llega a jugar más a bote podía
haber ganado más cómodamente?
La verdad es que es algo que ni me lo planteo. Yo pensaba que tenía jugar de aire, porque tengo mucha confianza, y en ese aspecto no fallé, pero igual sí que fallé jugándomela adelante.
Tiene ya dos txapelas del Manomanista y
otras tantas del Parejas. ¿Hasta dónde quiere llegar?
Ojalá lleguemos lejos. Ahora estamos disfrutando de ésta, luego cogeré vacaciones y vuelta a entrenar, ya que hay que entrenar día a día para poder estar arriba. Luego habrá que esperar a que lleguen los campeonatos. Estoy con ganas de volver a jugarme algo.
Hablar en estos momentos de que puede ser
el pelotari que más txapelas gane es demasiado hablar, ¿verdad?
Sí, sí. Tengo que ir paso a paso. He ganado cuatro txapelas y quiero ganar más, pero hay que entrenar todos los días y hay que ir a por la próxima, que seguro que si la gano no será nada fácil.
Se le comentó en la elección de material
que se le veía más centrado. El domingo, sin embargo, volvimos a ver al Irujo
que hace y deshace.
Hay que tener en cuenta que ayer anteayer tenía delante a Aimar, que es un gran pelotari, muy incómodo y que te lo pone muy difícil. No te deja hacer tu juego. Contra Peña y contra Beloki igual jugué un poco más cómodo y por eso dominé tanto.
A pesar de que apenas tiene 24 años cuenta
ya con un buen palmarés. ¿Tiene todavía aspectos que mejorar?
Aquí todos los días se aprende algo. Tengo mucho que aprender todavía, y para eso tengo que seguir jugando e ir cogiendo experiencia, que con el tiempo se va ganando mucha.
Ayer dedicaste la txapela a tus padres, tu
novia, tus seguidores y tu amiga Juli Moreno, una presa política de
Antsoain.
Sí, así es. También me quise acordar de ella, porque desgraciadamente no pudo estar en el frontón.
¿Y ahora qué?
Quiero desconectar un poco, tomarme unas vacaciones y descansar. -