Alan García tendrá su segunda oportunidad en un Perú con nuevo mapa político
El virtual presidente Alan García, del Partido Aprista Peruano (APRA), enfrentará enormes retos a fin de mantenerse a flote durante su segundo gobierno ante la creciente polarización social que prácticamente divide hoy al país en dos. Desde los sectores más desfavorecidos, se le exige hacer frente a la exclusión social que sufre medio Perú, y desde la clase empresarial reconocen que respiraron tranquilos tras la victoria del ex exiliado en los comicios presidenciales del domingo, pero le exigieron madurez para no repetir los errores de su desastrosa gestión anterior (1985-1990).
LIMA
El presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Enrique Mendoza, comentó que la jornada electoral del domingo fue pacífica y adelantó que las 1.800 impugnaciones presentadas serán resueltas en las próximas 48 horas. Las buenas maneras democráticas, que se confirmaron con el reconocimiento de la derrota por parte de Humala, no han hecho esfumarse el recuerdo de la desbordante inflación que superó el 7.000% e hizo desaparecer el poder adquisitivo de los peruanos durante el anterior gobierno de García (1985-90).
La pobreza en el país supera el 54%, según cifras oficiales, es decir, más de catorce millones de peruanos no se benefician del crecimiento económico en la nación andina. La indigencia afecta a más de siete millones de personas, la mayoría niños, mujeres y ancianos.
Sobre el triunfo de Humala en la mayoría de los 25 departamentos, los más pobres y con menos electores, el diario “El Comercio” afirmaba ayer que se trata del mismo «bolsón electoral» que respaldó en 1990 a Fujimori y en 2001 a Alejandro Toledo, «debido a un hondo senti- miento de frustración».
El propio Humala reiteró ayer que su intervención en el reciente proceso electoral «ha cambiado el mapa político del Perú». Con menos de un año en la política, el comandante retirado logró que su partido, Unión Por el Perú (UPP), se convierta en la primera fuerza del Congreso, al conseguir 45 de los 120 escaños.
Es por eso que, en opinión del analista político Enrique Bernales, el líder aprista debe tender lazos de entendimiento con Ollanta Humala para atender la pobreza en los departamentos del sur del país. Esto, aseguró a la agencia cubana Prensa Latina, «sería una muestra de sensatez política del virtual presidente, una oportunidad para alcanzar la paz social en la región, y un respeto a la representatividad que Humala ganó en esas zonas».
«Existe una agenda concreta, que es cómo resolver la pobreza existente en las zonas andinas del sur del país, y que ahora simpatizan con el ex candidato de Unión por el Perú (UPP, Humala). Eso debe tener prioridad, porque si no atendemos sus reclamos, no habrá paz social», expuso Bernales.
Aseguró que García debe ser consciente de que, si ganó, fue gracias a los votos de sectores no apristas que vieron en él una mejor opción que el ex militar. «Esto significa, real y serenamente, que tiene que ampliar el criterio con el cual deberá componer su gobierno, para que efectivamente el país ingrese a un gobierno de ancha base», subrayó Bernales.
Por si fuera poco, García deberá definir si apoya el Tratado de Libre Comercio (TLC) con EEUU, ahora pendiente de la ratificación por ambas cámaras parlamentarias. El tema, al que han evitado referirse el próximo jefe de Estado y su entorno más cercano, pondrá rápidamente en examen al futuro gobierno, pues parte de quienes lo apoyaron en las urnas se oponen resueltamente al TLC.
El triunfo del aprista devolvió la tranquilidad a los mercados y así se reflejó en la Bolsa de Lima, que abrió al alza mientras la cotización del dólar se mantenía estable con tendencia a la baja.
Para EEUU, el gran derrotado es Hugo Chávez
«Hugo Chávez se ha excedido y la gente de la región se ha dado cuenta», afirmó el subsecretario de Estado de EEUU, Robert Zoellick, al comentar las elecciones peruanas. El vicecanciller venezolano para América Latina, Pavel Rondón, afirmó que, tras la victoria de García, «se mantiene la situación» de crisis en las relaciones con Perú. Alan García se mostró dispuesto a «reconstruir la relación». -
El joven gobernante exiliado que pasó a ser «el mal menor»
| PERFIL |
Alan García Pérez
Edad: 57 años.
Lugar y fecha: Nació en Lima el 23 de mayo de 1949.
Formación: Se licenció en Derecho por la Universidad San Marcos de Lima y se doctoró por la Complutense de Madrid.
Cargos: Presidente de Perú desde 1985 hasta 1990.
El líder del histórico Partido Aprista (PAP) fue, con 36 años, el presidente más joven de América Latina. Terminó su mandato con la economía colapsada, tasas de inflación que evaporaron el poder adquisitivo de los peruanos, el descontento ante medidas catalogadas de «populistas» por sus detractores y pasando a la historia como el responsable de la matanza de más de 250 presos en tres cárceles limeñas en 1986.
Durante la campaña reconoció los errores del pasado, que achacó a su juventud de entonces, y remarcó que ha adquirido la madurez suficiente como para subsanarlos.
Tras su época estudiantil, regresó a Perú en 1978, e integró la Asamblea Constituyente que redactó la Carta Magna de 1979, después fue diputado y en 1982 secretario general del PAP, lo que catapultó su candidatura a la Presidencia en 1985. Tras ganar, vivió dos años de idilio con el pueblo, hasta que en 1987 intentó nacionalizar la banca, lo que generó una oleada de protestas lideradas por el escritor Mario Vargas Llosa. Terminó su gestión en 1990 con una tasa de inflación acumulada del 7.600%. En 1992, tras el autogolpe de Fujimori, pasó a la clandestinidad y partió al exilio en medio de acusaciones de enriquecimiento ilícito. -
GARA
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