MOGADISCIO
Las milicias de los Tribunales Islámicos aseguraron ayer que han tomado el pleno control de la capital de Somalia, Mogadiscio. «No estamos interesados en mantener las hostilidades y haremos reinar plenamente la paz y la seguridad en la capital somalí tras el cambio conseguido con la victoria del pueblo y el apoyo de Ala», indica un comunicado difundido por las milicias islámicas a través de una radio de Mogadiscio.
Según indicaron testigos a la agencia France Presse, los milicianos que estaban al servicio de los «señores de la guerra» han comenzado a entregar sus armas a los que sirven a las cortes islámicas, en el barrio de Daynile, donde la Alianza para la Restauración de la Paz y contra el Terrorismo (ARPCT) creada el pasado mes de febrero por dichos «señores de la guerra» y varios comerciantes y que cuenta con el apoyo de Estados Unidos había establecido su cuartel general. Una treintena de vehículos artillados cambió de manos.
El anuncio de la victoria islamista en la capital llegó después de que el domingo las milicias islámicas se hicieran con el control de Balad, a treinta kilómetros de la capital, considerada ciudad clave para aprovisionar a los «señores de la guerra».
La Unión de Tribunales Islámicos se ha mostrado dispuesta en un comunicado a «hacerse cargo de la seguridad del pueblo y de la libertad de los individuos, suprimiendo cualquier tipo de hostilidad vinculada a los combates entre clanes». El jefe de los Tribunales, el jeque Sharif Shiekh Ahmed, expresó su disposición a «negociar con quien sea en interés de nuestro país y de nuestro pueblo». Consultado por France Presse, Ahmed añadió: «Comienza una nueva era para Mogadiscio, sin los señores de la guerra».
El primer ministro Ali Mohamed Gedi dijo que su Gobierno, que funciona desde Baidoa, 245 kilómetros al noroeste de Mogadiscio, colaborará con las cortes islámicas «para restaurar el orden en la capital».
Somalia sufre la ley del más fuerte desde que en 1991 fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre. Los choques entre los «señores de la guerra» abonaron el terreno para que la fuerza de los tribunales islámicos subiera como la espuma desde 2004.