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Gara > Idatzia > Jendartea 2006-06-06
Llaman a cuidar las tierras áridas para erradicar la pobreza
·La ONU insta a detener la desertización para contribuir a un mundo más seguro

Naciones Unidas llamó ayer a «proteger y restaurar las tierras áridas», ya que no sólo ayudaría a erradicar la pobreza, sino que aliviaría zonas urbanas y contribuiría a lograr «un mundo más pacífico y seguro». En su declaración del Día del Medio Ambiente, señaló que la desertización afecta a más del 40% de la Tierra, donde viven casi 2.000 millones de personas.

NUEVAYORK

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, hizo ayer un llamamiento a cuidar las tierras áridas y semiáridas del mundo advirtiendo de que la desertización «conduce a la pobreza o la exacerba». Las declaraciones de Annan, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebró ayer con el lema ‘‘No hagamos de las tierras áridas desiertos!’’, coincide además con el Año Internacional de los Desiertos y la Desertificación.

Según Annan, las tierras áridas «cubren más del 40% de la superficie de la Tierra y albergan a casi 2.000 millones de personas, la tercera parte de la población mundial». Para la mayoría de sus habitantes, subrayó, «la vida es dura y el futuro suele ser precario», ya que «viven al margen en los ámbitos ecológico, económico y social». Por ello, destacó «es fundamental que no descuidemos a esas personas ni a los frágiles hábitats de que dependen».

El secretario general de la ONU hizo especial hincapié en que «la pobreza, la ordenación insostenible de la tierra y el cambio climático están haciendo de las tierras áridas desiertos», advirtiendo de que «la desertificación a su vez conduce a la pobreza o la exacerba».

Según Annan, este problema «es particularmente agudo en el Africa subsahariana y el Asia meridional, donde la degradación de las tierras áridas es un grave obstáculo para la erradicación de la pobreza y el hambre extremas y pone en peligro los esfuerzos encaminados a asegurar la sostenibilidad del medio ambiente», objetivos que han sido incluidos en los llamados Objetivos del Milenio que «los gobiernos del mundo se han comprometido a alcanzar para 2015».

Las evaluaciones de la ONU han puesto de manifiesto que más del 60% de los ecosistemas mundiales están deteriorándose o incluso se han degradado hasta el punto de que ya no se puede confiar en sus «servicios». En este sentido, el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) señaló que «pese al creciente conocimiento y la creciente lista de acuerdos políticos y compromisos, la humanidad sigue despilfarrando nuestro capital natural».

En este sentido, la agencia de la ONU destacó que la desertificación y la sequía provocan pérdidas anuales de 42.000 millones de dólares en la producción de alimentos en todo el mundo. Pero, por encima de esta cifra, añadió el PNUMA, «está el incontable costo en sufrimiento humano y en vidas perdidas debido al hambre y a la necesidad de abandonar las tierras que una vez eran productivas». Sin embargo, estas estadísticas «son evitables» y ese, apostilló el PNUMA, es también el mensaje del Día Mundial del Medio Ambiente.

Por otra parte, Annan llamó la atención también sobre el hecho de que «hay un cúmulo cada vez más grande de pruebas de que la degradación de las tierras áridas y la competencia por recursos cada vez más escasos pueden llevar a las comunidades al conflicto». Además, agregó, «las personas cuya supervivencia y cuyo sustento dependen de las tierras áridas se están sumando al sinnúmero de personas convertidas en refugiados por motivos ambientales y económicos, las cuales ponen a prueba los recursos cada vez más insuficientes de pueblos y ciudades de todo el mundo en desarrollo».



El proceso es difícil de invertir, pero se puede prevenir

ARGEL

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, destacó que «la desertización es un proceso difícil de invertir, pero puede prevenirse». «Proteger y restaurar las tierras áridas no sólo aliviará a las zonas urbanas del mundo de su carga cada vez mayor, sino que además contribuirá a lograr un mundo más pacífico y más seguro», advirtió, insistiendo en que «también ayudará a preservar paisajes y culturas que se remontan a los orígenes de la civilización y forman una parte indispensable de nuestro patrimonio cultural».

Por ello, aprovechó el Día Mundial del Medio Ambiente, que este año marca además el décimo aniversario de la entrada en vigor de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la desertización, para instar «a los gobiernos y a las comunidades de todo el mundo a prestar atención a los problemas que plantea la vida en las márgenes de los desiertos, para que las personas que allí viven puedan vislumbrar un futuro de paz, salud y progreso social».

Por su parte, el PNUMA subrayó que la degradación de las tierras áridas «es un problema creciente que requiere una acción imaginativa, colaboradora y multisectorial». Teniendo en cuenta que es resultado y a su vez contribuye al

cambio climático y es tanto causa como consecuencia de la pobreza, si no se hace nada para evitarlo, «amenaza el futuro de la seguridad alimentaria de la creciente población mundial y la estabilidad de comunidades y países en todas las regiones».


 
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