En la última comparecencia pública de Fernando Lamikiz, todos los medios resaltaron que había asumido en primera persona varios errores para explicar la mala temporada que acababa de finalizar. Sin embargo, pasó bastante desapercibido un dato que el presidente rojiblanco utilizó para dar a entender que lo ocurrido durante la última campaña no era algo inusual ya que el Athletic se había visto en situaciones parecidas con relativa asiduidad en las últimas dos décadas.
En concreto, se ha clasificado por detrás de los diez primeros en ocho ocasiones y no levanta un título desde hace más de veinte años. El último alirón se festejó en 1984 con la conquista de Liga y Copa. Unos datos llamativos, si se tiene en cuenta que durante sus 108 años de historia, el Athletic nunca ha descendido y salvo en contadas excepciones, ha peleado en los puestos de la parte alta de la clasificación.
El conjunto rojiblanco dispone de uno de los currículums más laureados de los veinte equipos que conforman la Primera División, si bien es cierto que en los últimos años no ha podido ni siquiera luchar por títulos. Desde que en 1985 se clasificara para su última final de Copa, sus mayores logros deportivos son un segundo puesto y varias clasificaciones para la UEFA y semifinales del torneo del K.O.
No es moco de pavo, pero teniendo en cuenta su historial deportivo parece que se queda corto. En este constante retroceso, cobra especial relevancia el haber conseguido seguir en primera línea con una filosofía única en el mundo, que es la responsable que este equipo levante tantas pasiones.
El Athletic compite en desventaja con sus rivales por decisión propia, un factor importante a la hora de entender las dificultades con las que se encuentra año tras año y que debería de llenar de orgullo a los aficionados. Aunque, a veces, parece que se olvidan.
La competitividad ha aumentado de manera considerable en el fútbol moderno y el contar con un mercado reducido provoca que cada vez sea más complicado acceder a los puestos de honor. Mientras los rivales pueden buscar jugadores con proyección a lo largo de todo el mundo, el Athletic se ve obligado a tirar de su propia cantera y de algunos jugadores vascos que se forman en otros equipos.
Si se comprueban, los datos demuestran que la pérdida de peso en los campeonatos coincide con la entrada de jugadores extranjeros en los demás clubes. A partir de 1974 se oficializó en la Liga la participación de extranjerosdos por cada club con motivo del fichaje de Johan Cruyff por el Barcelona. Durante las década de los setenta, el Athletic no ganó más que una Copa y en los ochenta llegaron sus últimos títulos.
A principios de los 90 se autorizó la participación de un tercer extranjero por equipo y, posteriormente, de un cuarto con la condición de que sólo tres coincidiesen en el terreno de juego. Esa fue una de los peores épocas que atravesó el Athletic y que se puede comparar con la última campaña.
En la actualidad, cada club puede inscribir a 25 jugadores cada temporada y de entre ellos sólo tres pueden ser «extracomunitarios», es decir, jugadores pertenecientes a estados ajenos a la Unión Europea. En 1995, la «sentencia Bosman» propició un cambio en la legislación para que no haya distinciones entre los jugadores de los distintos estados que conforman la Unión Europea. Lo que hace que los equipos cuenten con muchas más posibilidades para conformar sus plantillas que el Athletic.
AMPLIAR LA CANTERA
Para poder comenzar a dar la vuelta a esta coyuntura negativa, la única manera que tiene el Athletic para salir adelante es tirar de la cantera. Con jugadores formados en Lezama que sienten los colores y lo que es el club desde pequeños, pero sin dejar escapar otras posibilidades que le pueda deparar el mercado. De esa manera se debe edificar un proyecto de futuro, conscientes de las limitaciones que se tienen. No se es menos que nadie, pero tampoco más. Trabajando bien y, como el que más, también se pueden conseguir éxitos.
El trabajo de cantera que lleva a cabo el conjunto rojiblanco recibe muchas críticas cuando las cosas van mal en el primer equipo, pero este año los jóvenes han demostrado que están capacitados para aportar también en los momentos duros.
Sin embargo, al ser un equipo compuesto por jugadores de toda Euskal Herria, el Athletic debería de intensificar sus esfuerzos en buscar y formar jugadores a lo largo de toda la geografía vasca. Aunque es cierto que cada vez se encuentra con más problemas a la hora de trabajar en Nafarroa o Gipuzkoa.
En Ipar Euskal Herria ya se ha puesto la primera piedra con la creación de una escuela de fútbol. Se ha comenzado a trabajar hace poco por lo que los frutos tardarán en llegar. Es una oportunidad que no se puede desperdiciar ya que los jugadores vascos que más títulos han conseguido proceden de Lapurdi. Didier Deschamps y Bixente Lizarazu tuvieron que emigrar para formarse como futbolistas, pero ahora tendrán la posibilidad de formarse en el Athletic.
Otra posibilidad a estudiar para poder contar con un
abanico más amplio de jugadores, estaría en buscar futuros rojiblancos en la
diaspora vasca. En Argentina y Uruguay, por citar dos claros ejemplos, hay una
importante comunidad de personas con ascendencia vasca por lo que la oportunidad
de crear escuelas de fútbol del Athletic para luego poder traer a los jugadores
con más proyección a Lezama, podría abrir nuevos horizontes. -