A medida que pasa el tiempo y algunos nudos se empiezan a desatar en el proceso político vasco, la histeria se les sube a la meninge a algunos.

Ayer José María Carrascal, el de las corbatas policromadas, brincaba de ira en su columna de “La Razón” y proclamaba que «lo más obsceno hoy en España es el uso, abuso e incluso violación de la noble palabra paz». Según el escribiente se está «confundiendo paz con rendición. Una rendición que ha empezado ya a producirse al aceptar los socialistas vascos sentarse a una mesa con un partido ilegal y al ignorar el presidente del gobierno la condición que él mismo se había impuesto para negociar con ETA, a saber, el cese de toda violencia, cosa que no ha ocurrido, pues sigue la kale borroka y las extorsiones. Eso no es paz. Eso es capitulación». Pues que vaya preparando la banderita blanca.

Lo mejor es que los de la derechona de toda la vida empiezan a hablar de libertad como si alguna vez la hubieran respetado. La ajena, claro: «se olvida a sabiendas que paz y libertad van juntas, ya que una paz sin libertad no es otra cosa que esclavitud. Y esto es precisamente lo que se está tramando en el País Vasco, al ceder ante los violentos, que de estar contra la pared aún no hace mucho hinchan hoy el pecho y hablan envalentonados de victoria». Si lo dice él...

Más aún, alerta incluso a los jelkides:«los del PNV, pese a ser de la misma cuerda, empiezan a estar inquietos. Y es que esos nacionalistas burgueses tendrían que ser los siguientes en emigrar, a España para mayor escarnio, si ETA y Batasuna logran lo que pretenden. Lo que tampoco les estaría mal, si no hubiera tantos inocentes por medio». Otro que quiere ganar el concurso de las memeces.

Según Carrascal, Otegi y Zapatero están ganando en sus respectivos proyectos, «y lo están consiguiendo ante una opinión general anestesiada por el consumo, los eslogan, los nacionalismos y la inercia de una sociedad más acostumbrada a obedecer que a mandar, a que piensen por ella que a pensar por sí misma». Si servidora fuera española le pondría las peras al cuarto al listillo de Carrascal.

Y para concluir, levanta otra vez la voz:«Zapatero ha dado la vuelta a la vieja, y más que demostrada, sentencia ‘si quieres la paz, prepárate para la guerra’, transformándola en ‘si quieres la paz, cede ante el enemigo’». Les encanta la guerra, por eso tiemblan ahora. - msoroa@gara.net