Txotxe Andueza
Sal gorda para las heridas
Precisamente cuando hace falta hilar más fino es cuando algunos se empeñan en sacar la sal gorda y echarla a las heridas abiertas. Los pirómanos de la política de aquí y de allí, acostumbrados a prender el fuego y reacios a apagarlo, están escandalizando ante la mera posibilidad de que alguien se empeñe en hacer de bombero. Y eso que, a pesar de la certeza de que existe una oportunidad única para abrir un proceso de paz y de normalización política en Euskal Herria, pasos, hechos y realidades en lo que concierne a la situación de los derechos cívicos, políticos y humanos de la ciudadanía vasca, pocos o ninguno ha habido hasta ahora. No parece que en lo sustancial, esto es, en lo que se refiere a la puesta en marcha de los mecanismos e instrumentos que sean necesarios para abordar el camino hacia la democracia en este país, el vocerío, los insultos, el ruido y las amenazas consigan el resultado incendiario que buscan. Pero sí puede retrasar esos pasos parciales que, además de indicar el camino hacia el objetivo de la paz, posibilitarían humanizar la situación de quienes hoy por hoy, de forma más acentuada si cabe, siguen viviendo en primera persona las consecuencias del conflicto. Y prolongar esas situaciones de sufrimiento no parece la mejor aportación. Ayer, un nuevo rifirrafe entre PP y PSE en el Parlamento de Gasteiz se saldó con una votación en la que, curiosamente, ambos coincidieron, y que de haber salido adelante hubiera supuesto un pequeño retroceso más (¿y van?) en los derechos de las personas presas y de sus familiares, cuando se trata de militantes independentistas vascos. Las ayudas previstas por Lakua para los viajes a las cárceles donde hay presos y presas vascas (políticos y no) están sujetas a tantos requisitos que a veces resultan en realidad de poca ayuda. Pero son un derecho. Y un deber. Porque la de aplicar sistemáticamente a los presos y presas políticas vascas las medidas de dispersión y alejamiento penitenciario es una decisión administrativa, y la administración debe ayudar a las personas afectadas a paliar los efectos de sus decisiones, cuando éstas generan efectos «no deseados». El PSE votó ayer en Gasteiz en favor de la suspensión de las limitadas ayudas existentes en la actualidad, precisamente en el momento en que lo que se espera es que esos viajes no tengan que repetirse más. -
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