La negociación colectiva de 2006 de Osakidetza no ha empezado con buen pie. Además de tarde, se inicia mal, porque no es de recibo que sea en los medios de comunicación donde se dé a conocer la oferta de la Administración. Pero ni siquiera la dirección de Osakidetza cumplió. No llevó a la mesa lo que días antes había hecho público.LAB firmó en el 2005 un acuerdo de condiciones laborales de un año de vigencia, que incluía importantes mejoras y adecuaciones, ya que llevábamos desde 2000 sin negociar el convenio.
El acuerdo firmado recogió dos aspectos fundamentales para nosotros. Por un lado, la no externalización de servicios, es decir, poner freno a la privatización que ha impedido subcontratar nuevos servicios del sistema público de salud, y otro lado, una oferta publica de empleo de más de 3000 plazas a convocar en 2006.
Es un compromiso firmado en 2005 y, por lo tanto, es inaceptable que sea presentado para este año como parte de la oferta de la Administración. A pesar de que algunos elementos del acuerdo de 2005 no han sido cumplidos por parte de Osakidetza, en este momento nos parece imprescindible que la OPE se lleve adelante al margen de los contenidos de la negociación actual.
LAB ha defendido históricamente que la calidad del servicio y las condiciones de trabajo van unidas. Si las condicio- nes laborales no son óptimas, si se trabaja a ritmos muy altos y si la organización es mala, la calidad no puede ser buena. La falta de previsión y de criterios organizativos, junto a una política clientelar de jefaturas, ha hecho de Osakidetza más un cortijo que una Administración pública.
En Osakidetza, la mejora de las condiciones de trabajo tiene que pasar necesariamente por una política adecuada de contratación, por la conversión de la temporalidad de larga duración en plazas estructurales y por el estudio de las cargas de trabajo en cada centro con la consiguiente adopción de las medidas correctoras necesarias. Es imprescin- dible, asimismo, la reversión de servicios ya externalizados.
El sistema debe de ofrecer un servicio integral a las usuarias y usuarios y esto es incompatible con la precariedad y la subcontratación.
Otro de los problemas que atañen al sistema público sanitario y que precisa una solución rápida y de calado es el rejuvenecimiento de la plantilla. En la actualidad no existe una apuesta seria por parte de Administración en relación al envejecimiento de los trabajadores, lo que, en pocos años, puede convertirse en un problema estructural sin solución.
LAB defiende, además, la reorganización y el equilibrio de las tablas salariales para terminar con la subasta a precio alzado que Osakidetza ha abierto en los últimos años. Hay que reorganizar todos los complementos salariales (específico, exclusividad, desarrollo profesional...) de manera que repercutan en todas las categorías.Y, por supuesto, tiene que hacer desaparecer las horas extras de los programas de autoconcertación, reestructurando los sistemas de trabajo actuales.
Pero si algo queremos dejar claro, es que los problemas actuales no se solucionan con subidas salariales exclusivas para ciertas categorías en detrimento de otras y al albur de las diferentes jefaturas. El sr. Inclán, tiene que saber que en la sanidad pública todos somos necesarios/as y la mejora de las condiciones no pasa solo por los incrementos salariales.
Para LAB, por último, la normalización lingüística en Osakidetza no puede esperar ni un día más y el Ente debe garantizar el derechos de recibir asistencia sanitaria en euskara a todo quien lo demande. Para ello, vemos necesaria la creación de una dirección de política lingüística propia de Osakidetza, con recursos y voluntad política.
Para LAB mejorar las condiciones de trabajo de todos los colectivos precisa de la unidad de acción de los sindicatos de clase. En el 2005, ELA eligió como compañeros de viaje dos sindicatos corporativos, siendo el resultado la aplicación del desarrollo profesional a facultativos fijos En el 2006 las cosas no parecen apuntar mejores resultados. Para las y los miembros de LAB, la unidad de acción de los sindicatos de clase debe estar basada en contenidos, sin prepotencias y sin propuestas ocultas y cerradas. El conflicto de las lavanderías lo ha demostrado. Los sindicatos de clase unidos hemos conseguido que el Parlamento de Gasteiz tome una importante decisión. SATSE y SME, no han aparecido... este no debe ser su problema. Esperamos que ELA tome nota. -