La nueva mina de oro del negocio bancario
Las remesas de los trabajadores emigrantes superan ya los 125.000 millones a nivel oficial, pero se calcula que son 195.000 millones más que utilizan cauces informales para hacer llegar a sus familias los ahorros que consiguen. En el Estado español se movieron 4.600 millones el año pasado. Los bancos han logrado otra mina de oro. Son pioneros en reducir costes y obtener la máxima rentabilidad.
El reenvío de las remesas económicas de los inmigrantes se ha convertido en el nuevo negocio del sector bancario, una nueva mina de oro inagotable. Ya no hay que ir en busca de las minas de oro del Rey Salomón, sino que los trabajadores emigrantes acuden a la ventanilla de la sucursal para transferir a sus familias, que están lejos, lo poco que pueden ahorrar. Al final, el dinero entra en un circuito, en el que los bancos son los que obtienen la mejor y mayor rentabilidad.Además, en muchos casos ocurre que quienes no aceptan la inmigración, no tienen ningún problema a la hora recoger su fondos. La máxima de que el capital no tiene patria ni bandera, salvo el color del dinero, está plenamente vigente. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que en 2005 se movieron 125.000 millones de euros a través de mecanismos oficiales y otros 195.000 millones más por canales informales. Los últimos datos del Banco de España indican que las remesas de los trabajadores inmigrantes alcanzaron los 4.600 millones el año pasado, aunque a nivel extraoficial se calcula que son otros 9.000 millones más. Sólo en los dos primeros meses de 2006 las remesas de los inmigrantes que se encuentra en el Estado español han aumentado en un 28%, hasta alcanzar los 822 millones, según los datos oficiales.
Nuevo negocio
Las entidades financieras han puesto su mirada en este nuevo negocio que les proporcionan 86 millones de trabajadores emigrantes en el mundo. Se trata de obtener la máxima rentabilidad y cosechar enormes beneficios, sólo por mover el dinero y poco más. La banca ha sido pionera en ajustar su negocio para lograr el máximo beneficio. ¿Cómo se entiende si no que con el precio tan bajo del dinero (aunque se eleva poco a poco) obtenga el mayor beneficio económico de los últimos cincuenta años? Muy fácil, rascando aquí y allí. El sector financiero, sobre todo la banca, va siempre dos pasos por delante de las tendencias del mercado. ¿Es más lista? ¿Ve oportunidades donde otros no las advierten? Puede, pero la realidad indica que cuentan con muchos recursos para tener cierto respaldo en sus nuevas operaciones, lo que les permite adoptar decisiones más facilmente. BBVA, por ejemplo, nunca ha escondido que la unión con el mejicano Bancomer y las posteriores aperturas de oficinas en Estados Unidos y más tarde en China tienen que ver directamente con esa posibilidad de ser intermediarios financieros de los emigrantes. El paso acelerado hacia los grandes beneficios por parte de los bancos se da en la última década del siglo pasado, cuando llegan las fusiones bancarias, se adoptan medidas de impulso de las tarjetas de crédito y debito, «el dinero de plástico», para evitar tener personal atendiendo en ventanilla, y cuando dan el salto como nuevos grandes inversionistas en fondos, entre otros aspectos, para obtener una rentabilidad elevada, así como en el diseño de estrategias en el sector inmobiliario, de cara a atraer y mantener durante toda su vida a los clientes de créditos hipotecarios. Se calcula que en la Unión Europea se han eliminado 130.000 empleos desde 1990. En el Estado español, en los últimos veinticinco años se han perdido 80.000 puestos. Se ha pasado de catorce empleados por oficina, en 1980, a una media de seis en 2005. Además, se han cuadruplicado los cajeros automáticos, con el fin de reducir las plantillas. -
BILBO
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