Carnaval sin goles de los Soca Warriors
TRINIDAD Y TOBAGO 0 SUECIA
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GASTEIZ
El Westafalenstadion de Dortmund, ese estadio que ocupa un hueco en el corazón de todos los aficionados vascos especialmente los albiazules por aquella final de UEFA de 2001 con nueve goles, fue ayer el escenario de la primera sorpresa del Mundial, con el sufrido y merecido empate cosechado por Trinidad y Tobago en su estreno mundialista ante Suecia. Tras noventa minutos de angustia, orden y resistencia, más de 45 de ellos con un jugador menos, el calypso y el soca sonaron fuertes y el ron corrió a raudales para celebrar el primer punto del equipo del país más pequeño en la historia del Mundial que dejó helados a los aficionados suecos, que ven cómo su equipo sigue sin ganar el primer partido tras 48 años. Pese a llevar el control del partido y contar con las mejores oportunidades de peligro, Suecia volvió a demostrar que no ha llegado en el mejor momento al Mundial de Alemania y, al margen de que se topara con un acertadísimo Shaka Hislop, veterano portero caribeño, demostró que le cuesta mucho llevar la iniciativa del partido y Anders Svensson y Linderoth no acertaron a dar la velocidad necesaria al ataque sueco. Sólo con el zurdo Kallstrom al mando salió en el minuto 78 encontró Suecia vías de penetración, pero ni los voluntariosos Larsson y Ljunberg, ni el apático Ibrahimovic pudieron dejar constancia de la diferencia de calidad teórica entre ambos equipos. Incluso con diez, Trinidad y Tobago metió el miedo en el cuerpo al cuadro de Lars Lagerback. Edwards, en la primera mitad, pero sobre todo Glen, que había saltado al campo en la segunda tras la expulsión por doble amonestación de Avery John, con un disparo que se estrelló en el larguero, pusieron el corazón en un puño a Suecia, incapaz durante todo el partido de hacer un fútbol fluido y por tanto de desarbolar al correoso y luchador conjunto de Leo Beenhakker. Así que, con angustia, sufrimiento y orden impropios del Caribe, el carnaval soca se desató ayer en Dortmund.
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