Era el siglo XVII cuando se puso en marcha un macroproceso contra la ciudadanía vasca bajo el concepto de que «éramos brujos». Aquella persecución forma parte de la historia de Euskal Herria y está presente en estas fechas.Ayer, víspera de San Juan, también Bilbo acogió una simbólica hoguera en la que cerca de 300 personas lamentaron que el testigo de la Inquisición haya seguido su trayectoria sin poder dejar de lado a este país.
«Ahora no hay delitos de brujería ni prácticas de malas artes. Ahora nos quieren condenar por impulsar la construc- ción nacional, por querer ayudar a construir Euskal Herria con nuestro trabajo, con nuestra militancia y con nuestras dinámicas». Son palabras de Miriam Campos, una de las mu- chas personas encausadas en el sumario 18/98, que plasmó ayer en la Plaza del Arriaga parte de las consecuencias que conlleva trabajar por lo que uno cree.
Y es que, tal y como recordó, también a día de hoy existe «un tribunal inquisidor» que actúa por impulsos políticos y que, basándose en leyendas políticas que otros han inventado, «quiere volver a condenarnos».
Comentó así los pormenores del conocido juicio en la Audiencia Nacional por el sumario 18/98: costes económicos desorbitantes para los procesados, problemas de salud, muertes de compañeros como Jokin Gorostidi, tres accidentes de tráfico, miles y miles de kilómetros, cientos de horas perdidas, desgaste físico y síquico...
Siete largos meses en los que, sin que haga falta esperar a una sentencia, multitud de ciudadanos vascos ven «quemados» sus derechos civiles y políticos.
Aunque sólo fuera de modo simbólico, en el acto ambientado ayer en torno a los festejos de San Juan el fuego de la hoguera se llevó consigo parte de este proceso, así como de otros similares.
«no somos los unicos»
Y es que, según recordaron dos jóvenes bertsolaris ante los presentes, «no somos los únicos que están quemados».Si en algo han insistido los encausados en el 18/98 desde el inicio de este proceso, caracterizado en gran parte por sus irregularidades jurídicas, ha sido en la importancia del respaldo social, tanto a nivel nacional como a nivel local. Algo que, por mal que les pese a algunos, no hay fuego que logre apagar. Y algo también que, una vez más, quedó reflejado ayer alrededor de una pequeña hoguera.
Al son de la txalaparta, Campos recordó que son más de 200 los ciudadanos procesados en estos sumarios englobados en la denominación 18/98+, de los cuáles 55 acuden semanalmente a la Audiencia Nacional. Por lo que a Bilbo se refiere, hay doce vecinos encausados por el 18/98; otros cinco jóvenes fueron juzgados en la causa contra Jarrai, Haika y Segi, y otros muchos están implicados en otros sumarios.
Cada uno de esos procesos políticos entre los que se encuentran, entre otros, los abiertos contra Gestoras y Askatasuna, las herriko tabernas, Bata- suna, Udalbiltza o ‘‘Egunkaria’’ ardieron ayer en la hoguera de San Juan. Los aplausos acompañaron a los encausados en el momento en el que depositaban cada uno de los sumarios en una pequeña olla.
Pero en la misma también se depositaron después más aspectos negativos que diversos agentes y colectivos bilbainos quisieron que se consumieran para siempre.
Así, representantes y miembros de agentes tan diversos como AuB, Bilgune Feminista, STEE-EILAS, la plataforma Herria Aurrera, LAB, IPES, SOS-Racismo de Bizkaia, Euskal Herriko Gazteriaren Kontseilua, las comparsas o Bilboko Okupazio Mugimendua tomaron la palabra para explicar qué depositaban en el fuego, dando para ello lectura a breves y concisos manifiestos o reivindicando el fin de las agresiones y conculcaciones de distintos derechos o situaciones que se han visto salpicadas por más de un «inquisidor». A falta de fuego real, los congregados festejaron así su peculiar San Juan. -