MUNICH
Alemania ha protagonizado su mejor arranque mundialista en los últimos 36 años, mientras que Suecia ha tenido que esperar hasta el último partido para asegurar la clasificación eso sí, en un gran choque, pero como reconoce Jürgen Klinsman, «los partidos son muy diferentes cuando las eliminatorias se deciden por k.o.».De ahí que Alemania acepte a regañadientes su papel de favorito ante un partido que supone su primer examen serio, tras los encuentros ante las flojas selecciones de Costa Rica, Polonia y un Ecuador que jugó a medio gas. Además, el emocionante empate firmado ante Inglaterra se ha dejado notar en el ánimo de Suecia que, tras el flojo rendimiento de las dos primeras jornadas, llega dispuesta a dar la campanada. Que no lo sería tanto, teniendo en cuenta que se ha impuesto en 13 de sus 31 enfrentamientos anteriores, frente a los doce triunfos teutones.
Klinsman es el primero en reconocer que el pleno de victorias de la primera fase «nos ha dado mucha confianza y motivación, pero el partido contra Suecia va a ser muy diferente y tendremos que mejorar lo que hemos venido haciendo», además de «jugar con mucha fuerza mental». De ahí que, pese a la ayuda extra que supondrá la contundente mayoría de aficionados alemanes, convencidos por otra parte de que Alemania va a ganar el Mundial, el seleccionador abogue por «tener los pies en la tierra».
Su ayudante Joachim Loew coincidía en señalar las dificultades del choque ante «un equipo con el que resulta muy difícil jugar, son muy fuertes adelante. Son muy peligrosos añadió, muy precisos, saben poner presión y siempre tienen la confianza de que pueden anotar, hasta el final de los partidos», como bien demostró su doble remontada ante Inglaterra.
Y éso que los suecos no pudieron contar con una de sus estrellas, Zlatan Ibrahimovic, que pese a haber mejorado de sus problemas físicos, hoy podría partir en el banquillo frente a una Alemania que alineará su once de gala.
Por parte de Suecia, por otra parte, parecen tomarse las horas previas al encuentro con mucha más calma. Tanto que ayer apenas trabajaron, al considerar Lars Lagerbäck que «lo más importante» en este momento pasa por «comer, beber y dormir. Hay que renovarse después de jugar tres partidos y teniendo sólo tres días para recuperarse», explicó.
El técnico sueco, absolutamente convencido de las posibilidades de su equipo, pese a reconocer el favoritismo de Alemania, confía asimismo en que el «árbitro experimentado» el brasileño Carlos Simón no se deje «influenciar» por el masivo respaldo que recibirá su rival por parte del público, uno de los hándicaps a los que deberán hacer frente los nórdicos.
