GAZA

Unas 700.000 personas están sin electricidad desde la madrugada de ayer, cuando la Fuerza Aérea israelí atacó la principal planta de suministro eléctrico de ese territorio, que ardió en llamas, provocando además cortes de agua. Buena parte de los hogares palestinos requieren de electricidad para el bombeo del agua, que también permanece cortada en otros puntos debido a que en los bombardeos aéreos de la madrugada fueron destruidos varios acueductos que corren debajo de los tres puentes que quedaron destruidos por los misiles israelíes. Ingenieros palestinos explicaron que las reparaciones de la central llevarán al menos unos seis meses.

A lo largo del día, la aviación israelí continuó bombardeando puntualmente varias zonas del sur de la franja, que no causaron heridos pero sí severos daños materiales. Un taller metalúrgico utilizado supuestamente para fabricar cohetes quedó reducido a escombros y, según testigos presenciales, el Ejército israelí también provocó la voladu- ra de una casa en el sur de Gaza, en la que se había instalado un taller donde supuestamente se fabricaban cohetes explosivos. La vivienda estaba situada en la aldea de Shauka, al este de la ciudad de Rafah, tomada por el Ejército israelí tras su entrada en la franja de Gaza.

Unos 5.000 soldados y decenas de tanques y blindados permanecían acantonados en todo el sur de Gaza. Un poco más al norte, en la ciudad de Jan Yunes, un hombre y una niña palestinos murieron y otras seis personas de una misma familia resultaron heridas por la tarde a causa de una potente explosión. Mientras algunos testigos aseguraron que la detonación fue provocada por un misil disparado por Israel, otros afirmaron que la explosión de una bomba mal manipulada causó las víctimas.

También la ciudad cisjordana de Ramala ha sido escenario de una incursión con tanques y todoterrenos militares. La operación, en la que fue rodeado un edificio de la ciudad donde Al Fatah posee dependencias, concluyó con el arresto de tres palestinos y está relacionada con el secuestro de un colono judío, desaparecido el lunes y ahora en manos de los Comités Populares de la Resistencia. Los israelíes recibieron el martes informaciones acerca de que el joven Eliahu Asheri, de 18 años, podría encontrarse en la zona de Ramala. Un portavoz de los Comités mostró ayer durante una rueda de prensa el carné de identidad de Asheri y amenazó con matarle si Israel no cesa la ofensiva contra Gaza.

Las Brigadas de los Mártires de Al Aksa, ligadas a Al Fatah, informaron del secuestro de un tercer israelí. Se trata de un habitante de la localidad israelí de Rishon Letzion de 62 años. La Policía israelí considera que se trata de información falsa y que los milicianos aprovechan la denuncia de la desaparición de Noah Moscovich para lanzar una «guerra sicológica» contra Israel, según informa la edición electrónica del diario “Haaretz”.