NUEVA YORK
Reunida en sesión plenaria, la Asamblea General de Naciones Unidas admitió en su seno a Montenegro. Lo hizo por unanimidad y, por tanto, sin necesidad de votar, al aprobar una resolución en este sentido remitida por el Consejo de Seguridad el 22 de junio.
«Es un gran honor y un placer con motivo de esta histórica ocasión, dar la bienvenida, en nombre de la Asamblea General, a la República de Montenegro como un nuevo miembro de Naciones Unidas», anunció solemne el presidente de la Asamblea, Jan Eliasson.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, señaló que «al acceder a la independencia por un proceso no violento y democrático, conducido de manera igualitaria y abierta, Montenegro ha mostrado al mundo no sólo su paciencia sino su madurez política».
«Su pueblo ha mostrado que la adhesión a los métodos democrátivos y al estado de derecho constituye el mejor medio para alcanzar objetivos políticos y que los problemas más sensibles y difíciles pueden ser resueltos de forma pacífica», añadió Annan, para añadir que «estos mensajes son particularmente importantes teniendo en cuenta el pasado sangriento en la historia de los Balcanes».
Tras calificar de «alentador» la reacción positiva de sus vecinos a la independencia de Montenegro, el secretario general de la ONU constató que «Montenegro puede ser un país pequeño en términos de superficie y de población, pero su destino será sin duda desempeñar un gran papel en la estabilidad de la región».
El presidente de Montenegro, Filip Dujanovic, rindió homenaje a las Naciones Unidas, «un nexo irremplazable entre los distintos estados, pueblos y culturas». Dujanovic reiteró el compromiso de Montenegro de mantener buenas relaciones con Serbia y de respetar los principios de la ONU.
Tras los discursos, y cuando ha transcurrido poco más de un mes del referéndum de independencia, la bandera de Montenegro fue izada solemnemente en la fachada de la sede de la ONU en Nueva York, en la Primera Avenida.