Fin de campaña en México con opciones para el PRD de acceder al poder federal
Los candidatos a la Presidencia de México pusieron ayer el colofón a la larga y costosa campaña electoral. Según las encuestas, por primera vez en la historia del país norteamericano, una propuesta de izquierda, encarnada en Andrés López Obrador, tiene probabilidades de acceder al poder federal. En los sondeos le sigue el oficialista y conservador Felipe Calderón. Ambos se han enzarzado en una espiral de descalificaciones y acusaciones mutuas.
MEXICO
México finalizó ayer la campaña con vistas a las elecciones del domingo, en las que se elegirá al sucesor del presidente Vicente Fox, a los gobernadores de cuatro estados, incluido el Distrito Federal, y más de cien alcaldes, así como para renovar el bicameral Congreso Federal y varios Legislativos regionales. Las encuestas anticipan como las más disputadas de la historia reciente del país.
Durante 160 días, los candidatos han recurrido a la «guerra sucia», y algunos han expresado temores de fraude.
Las encuestas, cuya difusión está prohibida estos días, señalan que la izquierda tiene posibilidades reales de acceder al poder federal por primera vez en la historia. El candidato izquierdista Andrés López Obrador, puntero en los sondeos, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), cerró su campaña con un mitin en el Zócalo de Ciudad de México, la mayor plaza pública del país.
El principal adversario del candidato del PRD en la carrera por la Presidencia, el conservador oficialista Felipe Calderón, cerró su campaña en Michoacán y Guadalajara, la capital del estado de Jalisco.
Ambos se han trenzado en una campaña de acusaciones mutuas de supuesta corrupción, tráfico de influencias y críticas a la propuesta económica del adversario por ser dañina para México, socio de Canadá y EEUU en el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN). Calderón, del PAN, compara al candidato de izquierda con el presidente venezolano, Hugo Chávez, y López Obrador ha dicho que está «cansado» de esa acusación, que aparece tanto en avisos de televisión patrocinados por empresarios y en miles de mensajes anónimos por internet.
Roberto Madrazo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y tercero en los sondeos, hizo el último acto electoral en el estado de Veracruz. Madrazo ha llamado a «no polarizar a los mexicanos con las opciones de izquierda y derecha», y ha prometido que el PRI volverá al poder federal después de la humillante derrota que Fox y el PAN le propinasen el 2 de julio de 2000, que acabó con sus 71 años consecutivos en el poder.
Patricia Mercado, del Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina (PASC) y defensora de las causas feministas, aparece en el cuarto lugar de las encuestas.
Los narcotraficantes marcan los límites al vencedor
MEXICO La campaña electoral, carísima por su gran duración y a cara de perro en todos los casos, ha servido también para que los cada vez más poderosos traficantes de sustancias ilegalizadas como la heroína y la cocaína recuerden a votantes y candidatos que ellos seguirán ahí gane quien gane. El ministro de Seguridad Pública, Eduardo Medina Mora, y otros altos funcionarios federales dijeron que la campaña criminal atribuida a los cabecillas de la droga «se focaliza en ciertas regiones» de México, por lo que, a su juicio, no representa una amenaza para el proceso electoral. Lo manifestó a pesar de que los ataques atribuidos a los narcotraficantes han dejado en lo que va de año más de 700 muertos. Narcotraficantes rivales se enfrentan a menudo en las ciudades de Nuevo Laredo, Ciudad Juárez y Tijuana, fronterizas con Estados Unidos, y en localidades de los estados de Michoacán, Sinaloa (oeste) y Guerrero (sur), con un armamento que, según los medios de comunicación, en muchos casos es «superior al de la fuerza policial mexicana, dispersa y mal entrenada». Varios jefes policiales y agentes rasos han caído en los últimos meses bajo el fuego de los «jefes de la cocaína y la heroína», lo mismo en Nuevo Laredo, colindante con la ciudad estadounidense de Laredo (Texas), que en el balneario de Acapulco (Guerrero), consideradas dos importantes plazas electorales. Aunque el Gobierno de Vicente Fox lo niega y las autoridades electorales lo soslayan, diversos analistas consideran que los traficantes de sustancias como la cocaína y la heroína han hecho una demostración de fuerza en los últimos meses para comunicarle de antemano al próximo gobierno que ellos detentan el poder en diversa regiones de México. Promesas de campaña El candidato del centroizquierdista PRD y ex alcalde de la capital del país, López Obrador; Calderón, ex ministro de Energía y ex jefe del oficialista Partido Acción Nacional (PAN, conservador); y Madrazo, antiguo gobernador del sureño estado de Tabasco y ex presidente del PRI, han prometido poner a raya al crimen organizado, aunque con matices distintos. Los tres coinciden en la necesidad de depurar y unificar las fuerzas policiales conocidas como «antidrogas», pero López Obrador se muestra más favorable que sus rivales a darle facultades al Ejército para neutralizar a los delincuentes, cuyas acciones también preocupan al Gobierno de EEUU, el país que consume más drogas ilegales del mundo.
|
