PAUE

Durante la sesión de ayer el acusado se mostró calmado y atento a todas las preguntas. Intentó responder correctamente a todas las cuestiones y durante su declaración dijo: «No tengo ninguna sensación de haber cometido esos actos. No puedo decir que no fuera yo. Es alguien que se ha despertado en mí y yo no he podido controlarlo». Tras esta declaración afirmó también la necesidad de pedir perdón.

Estas declaraciones se contradicen con las que hizo delante de los investigadores durante su detención. En ellas el acusado se acordaba de todos los detalles, recordó haber encontrado una carta de su esposa en la que le reprochaba el no ocuparse de ella y de su hija. Hace dos años admitió haberse puesto muy nervioso al leer la carta y también enfuercerse, lo que le llevó a estrangular a su esposa con sus manos y después a su hija de cinco años con un cable eléctrico. El cocinero de 33 años actuó con gran frialdad, ya que después de los asesinatos trató de que pareciese un robo y desordenó toda la casa, tras lo cual se fue a trabajar. Al volver a casa por la noche llevó un ramo de flores para celebrar el día de San Valentín y seguir con sus intenciones.

La falta de memoria que argumentó tener el acusado se conoce como amnesia pasajera y los expertos que declararán en los próximos días tendrán que determinar si es cierto y también deberán aclarar si hubo o no premeditación en los actos de Dubarry.

Durante el comienzo del juicio no han quedado claras las motivaciones del doble homicidio, aunque otra de las razones que se tuvieron en cuenta durante la investigación fue el hecho de que el acusado tenía una relación con una mujer de la que dejó claro estar enamorado. Durante las declaraciones de ayer, el acusado se mostró serio y seguro de sí mismo sin mirar en ningún momento a los testigos, ni siquiera a su amante. Aunque más adelante en su declaración dijo estar profundamente enamorado de ella.