Maite Soroa
Las razones de Grande Marlasca
La crónica política vasca pasa, de forma lamentable, por la Audiencia Nacional. Allí se dirime buena parte del futuro inmediato de Euskal Herria. Allí sigue el macrodisparate del 18/98 y hasta allí ha llegado el mismísimo Xabier Arzalluz. Ignacio Camacho, en “Abc” le dedicaba esta perla:«El presidente Zapatero ha decidido que ni ETA ni el nacionalismo de exclusión tengan el Nuremberg que reclamaba la responsabilidad histórica, y en vez de eso es probable que ocupen asientos preferentes en una conferencia multilateral ‘de paz’, pero un joven magistrado homosexual recién casado, un hijo sociológico del zapaterismo, un vasco de la hastiada diáspora del conflicto, ha emprendido por su cuenta el desagravio de una pesquisa casi metafórica desde una efímera y declinante comisión temporal de servicio»Tanto perfume sobre el magistrado para sentenciar que «cuando el rostro avinagrado, inhóspito y desabrido de Arzalluz recibió ayer el incruento impacto de los flashes de guardia en la puerta de la Audiencia que simboliza por ahora, o todavía la voluntad de firmeza jurídica del Estado, su desapacible propietario gruñó unos cuantos exabruptos y se declaró dispuesto a impugnar y desacatar la Constitución que le protege con sus garantías. Como si alguna vez hubiese hecho otra cosa en toda su trayectoria política. En eso hay que admitirle una rocosa coherencia, una notable determinación en la constancia, una manifiesta voluntad de estilo; este hombre no se defrauda nunca a sí mismo. Ni siquiera ante el espejo moral de una causa sin más horizonte que el olvido». Otra cosa bien distinta observaba el editorialista del rotativo catalán “El Periódico”:«Aún es menos comprensible que el interrogatorio del dirigente del PNV Gorka Agirre no pueda posponerse para que este se recupere de una operación quirúrgica, como si hubiera peligro de fuga. La guinda de llamar a Xabier Arzalluz, expresidente del PNV, a declarar como testigo alimenta la sensación de que la mesura no es la divisa de algunos jueces». Mesura, dice... Y también a eso le encuentra una explicación:«Resulta
muy difícil de desechar la duda sobre si todas estas prisas y anormalidades no
tendrán que ver (...) con el deseo de un juez concreto de dejar constancia de su
presencia en unas actuaciones que tendrá que abandonar cuando se le termine su
temporal comisión de servicios en sustitución de Garzón». ¡Ah! Era por eso... -
msoroa@gara.net
|