Medio mundo está cuando menos preocupado con el tema del cambio climático, incluyendo cientos de municipios y algunos estados de USA, el Sr. Bush Jr. se carga toda la inversión prevista dirigida precisamente a estudiar aspectos importantes relacionados con dicho cambio climático.
La Administración de Información de Energía EIA, que es el órgano estadístico del Departamento de Energía de los Estados Unidos, en su pronóstico anual sobre las Perspectivas Internacionales de Energía, nos informa de que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero alcanzarán, para el año 2030, 43.700 millones de toneladas de CO2 equivalente anuales, frente a los 25.000 millones del año 2003, lo que supone un incremento de las emisiones de CO2 en este periodo de tiempo del 75%.
Ya no hay duda que la mayoría de los científicos están convencidos de que el aumento de las emisiones de GEI’s está provocando la subida de la temperatura del planeta Tierra, y esta circunstancia podría ocasionar cambios negativos importantes, como las olas de calor, fuertes tormentas, deshielo de los polos... haciendo posible, según cálculos de previsión matemáticos, que si todo sigue igual una subida del nivel del mar de hasta un metro, para el año 2100, será posible.
Así las cosas, el Sr. Bush Jr. no sólo no aprueba el Protocolo de Kyoto ya puesto en vigor, sino que dineros dedicados en su presupuesto a la construcción de una serie de satélites diseñados para proporcionar datos importantes para el estudio del cambio climático y el medio ambiente de la tierra, los ha cancelado, reducido o aplazado.
La NASA está cancelando o retrasando la construcción de satélites, y ha aplazado una misión especial auspiciada por el Masschustts Institute of Technology dirigida a medir la humedad del suelo, factor éste clave que ayudaría a la clase científica a comprender los efectos del calentamiento global y prever las sequías e inundaciones. Al llamado Deep Space Climate Observatory (Observatorio Espacial Climático), le ha cancelado el proyecto destinado a observar una serie de factores climáticos, como la radiación solar, la capa de ozono, las nubes y el vapor de agua.
El presupuesto de la NASA para el próximo año, establece unos importantes retrasos en la misión global de medición de precipitaciones que facilitarían las previsiones meteorológicas, así como en el lanzamiento de un satélite diseñado para mejorar la fiabilidad y exactitud de los pronósticos y los modelos climáticos.
El Dr. Berrien Moore, director del Institute for the Study of the Earth, Oceans an Space de la Universidad de New Hampshire, declaraba que «hoy puede venirse abajo el proyecto de desarrollar la mejor compre- sión mediante observaciones más profundas, precisamente cuando la información sobre el planeta es más necesaria que nunca».
Hay que tener en cuenta para analizar todo este asunto que aunque la NASA sea conocida como agencia espacial, una de sus misiones es precisamente el estudio de la Tierra, habiendo cobrado importancia las labores científicas destinadas a conocer mejor el aumento de las temperaturas y el interés por entender mejor este fenómeno y el papel que tenemos en él los seres humanos.
«Ahora que es necesario investigar más, no menos, es cuando llegan estos recortes», indican algunos científicos, los cuales no quieren pensar que dichos recortes sean un intento deliberado de aplazar la investigación científica sobre el cambio climático de la administración Bush.
Casi todas las misiones previstas para estudiar el planeta Tierra, todas las que podrían contribuir a entender mejor el calentamiento global, se han visto afectadas. La construcción del satélite Deep Space Climate Observatory, con un coste de 100 millones de dólares, fue cancelada a principios de este año. Este satélite fue precisamente promovido en la década de los 90 por el entonces vicepresidente Al Gore y fue proyectado para proporcionar a los investigadores una imagen continua de la superficie de la tierra iluminada por el sol y, de esta manera, poder medir directamente la cantidad de luz absorbida y emitida, aspecto éste clave que podría ser utilizado como un indicador del calentamiento global.
La misión Global Precipitation Measurement, proyectada para medir con mayor exactitud las precipi- taciones de agua, nieve y hielo ha sufrido un aplazamiento de cerca tres años, lo que creará un vacío en la recogida de datos necesarios para efectuar las previsiones meteorológicas y los modelos climáticos.
Pero todos estos retrasos o cancelaciones el Sr. Bush Jr. no los establece para dirigir sus dineros a la lucha contra el hambre en el mundo, contra la pandemia del sida, a favor de la educación en el planeta, a la condonación de la deuda de los países pobres o en vías de desarrollo, no, el Sr. Bush Jr. ha establecido esta política para dar prioridad a la finalización de la Estación Espacial Internacional y al regreso de los astronautas a la Luna para el año 2020. Tamaña desfachatez es digna del libro Guinness de los despropósitos.
Desde Euskal Herria hacemos un llamamiento a esas ya cerca de 300 ciudades norteamericanas donde viven más de cuarenta millones de personas y que tienen firmado el pacto «US Mayors Climate Protection Agreemen» para la reducción de emisiones de GEI’s para que continúen por el camino que han emprendido. Ciudades como Los Angeles, San Francisco, Miami, Atlanta, Chicago, Las Vegas, Boston, San Luis, Nueva York, Filadelfia, Washington... presididos por el alcalde de Seatle están comprometidas con la protección del medio ambiente, estableciendo sus propios planes de reducción de GEI’s, dando fuerte respuesta a la negativa del Sr. Bush Jr. a aprobar el Protocolo de Kyoto. Noticias de prensa de la reunión celebrada el pasado 21 de junio en Viena, nos indican que USA acepta por primera vez hablar con Europa sobre el Cambio Climático,
¡Qué miedo! El acuerdo al que han llegado para a partir del próximo otoño, en reuniones a celebrar en Helsinki, ha sido el «establecer un diálogo de alto nivel, sobre cambio climático, energías limpias y desarrollo sostenible», señalando distintos mecanismos para establecer reducciones de las emisiones GEI’s que tengan una buena relación entre coste y beneficio».
¡Qué miedo! Sin embargo, las conversaciones sobre cambio climático no se han tenido de manera monográfica, ya que estas han estado unidas o relacionadas con el capítulo energético.
¡Qué miedo! Ya que el Sr. Bush Jr. no habló en ningún momento de energías limpias, indicando que su país pretende rebajar su dependencia del petróleo, siendo uno de los caminos la diversificación y la apuesta por «nuevas tecnologías» más eficientes, acelerando el desarrollo de estas tecnologías de baja polución y bajo uso de carbón.
¡Qué miedo!, No sé por qué, me parece que el Sr. Bush Jr. está pensando en la energía nuclear para así satisfacer a sus mecenas que cambiarían petróleo por electrones.
Los tambores de guerra deben seguir retumbando en Estados Unidos. -