BILBO

Portugal y Ucrania, son las dos selecciones que han conseguido colarse y dejar fuera a los cabezas de serie que faltan, México y España. La incursión de los lusos no puede calificarse como sorpresa porque era de sobra conocido que contienen un gran bloque y fueron finalistas de la Eurocopa de hace dos temporadas celebrada en su propio país.

Para empezar Figo, Deco, Maniche y Cristiano Ronaldo son figuras internacionales y también cuentan con otros jugadores que militan en grandes clubes europeos y no se quedan a la zaga. Pero lo más importante es que el engranaje lo lleva Luis Felipe Scolari, el seleccionador que llevo a Brasil al título en el Mundial de Corea y Japón. Un seguro de vida que ha conseguido formar un equipo compacto y solvente en todas sus líneas.

Se verán las caras con la Inglaterra de Eriksson. A trancas y barrancas han superado todos los obstáculos y siguen con vida. No han dado la sensación de poder desplegar todo el potencial que atesoran, pero siguen siendo una de las selecciones más fuertes. Tenían depositadas grandes esperanzas en su centro del campo, pero Gerrard y sobre todo, Lampard no han conseguido todavía soltarse. Encima, Rooney acaba de salir de una lesión y no está al cien por cien y Owen se perderá lo que resta de campeonato. Si superan esos problemas, con su espíritu de esfuerzo y sacrificio son un rival muy difícil de batir.

Prima la efectividad

En cuartos se encuentran con un hueso como Italia. Los transalpinos fieles a sus principios casi siempre consiguen resultados. Pese a las críticas que reciben, todos los equipos les imitan buscando la máxima efectividad en sus ataques. Son prácticamente inexpugnables en defensa y su delantera da miedo. Aunque Totti no anda fino, Luca Toni ha demostrado el porqué de su titularidad y los más de treinta goles que ha metido en el Calcio. Pese a que el Mundial se le resiste es un verdadero incordio. Al igual que Gilardino, Iaquinta e Inzaghi.

Grandes clásicos

El conjunto anfitrión comenzó envuelto en un mar de dudas que según pasa el torneo se van disipando. Alemania camina con paso firme hacia su propósito de ganar su cuarto mundial en casa. No se lo pondrán nada fácil los argentinos que pese al sufrimiento contra México en octavos también están con fuerza. El encuentro se prevee apasionante ya que las viejas rencillas seguro que salen a relucir.

Brasil y Francia, en cambio, son las selecciones que quizá más críticas han recibido. En la canarinha no aparece el denominado «jogo bonito», pero sus estrellas resuelven y siguen siendo el rival a batir. Nadie duda de su condición de favoritos. Los franceses por su parte, han sido insultados y menospreciados por casi todos los medios ­incluidos los de su propio Estado­, aunque estarán en cuartos. Es cierto que Zidane no está para muchos trotes, pero en un torneo como este que se juega todo a una carta y en menos de un mes, su calidad y la fortaleza contrastada de sus jugadores puede ser suficiente. Aún así, sería una sorpresa que ganaran a Brasil.

En cuanto a los dos cabezas de serie eliminados, España ha vuelto a repetir los mismos errores de siempre ahondando en el desprecio al rival sin mirarse sus limitaciones. Les llenan la cabeza con el bombo de que son los mejores del mundo por ganar a equipos de nivel bajo y luego vuelven para casa al toparse con el primer escollo. No aprenderán. México, sin embargo, ha cumplido con su papel.