IRUÑEA
Tras un fracaso futbolístico todas las miradas se depositan en un único responsable: el entrenador. Los malos resultados de la primera fase y los octavos de final mundialistas han sido inmisericordes con algunos preparadores, especialmente los que se encuadran dentro de la escuela holandesa y balcánica.
De los primeros, ninguno de sus cuatro representantes Van Basten, Hiddink, Advocaat y Beenhakker han conseguido alcanzar los cuartos de final, aunque teniendo muy presente la diferencia de potencial de los diferentes combinados nacionales que han dirigido unos y otros.
Sólo el hasta este lunes entrenador de Australia ha dejado alto el pabellón de los técnicos tulipanes ya consiguió en la pasada edición mundialista un hito sin precedentes clasificando a Corea del Sur hasta semifinales, cayendo fruto de un inexistente penalti. Fiel a su carrera de holandés errante, ya ha aceptado dirigir los destinos de Rusia.
En el lado opuesto, la escuadra dirigida por Van Basten decepcionó, no tanto por su juego, como por la falta de ambición del ex ariete del Ajax y Milan. Las actuaciones de Beenhakker con Trinidad y Tobago y de Advocaat con Corea del Sur no pasaron del aprobado raspado.
Los técnicos balcánicos, unos auténticos trotamundos del deporte rey, tampoco han destacado en general y su papel ha sido más bien desilusionante. Excepción hecha de Ratomir Dujkovic, míster de las “Aguilas negras” de Ghana, único conjunto que ha defendido hasta el final el orgullo africano tuteando a la mismísima Brasil.
El resto se ha visto obligado a abandonar su cargo es el caso de Petkovic (Serbia y Montenegro) e Ivankovic (Iran) o soportar feroces críticas debido al defensivo juego desarrollado por su equipo, como le ha sucedido al técnico de Croacia, Kranjcar.
Otras escuelas han corrido suerte dispar, con representantes que todavía siguen vivos en la competición y otros pensando en hacer las maletas. Así, el papel de los técnicos brasileños ha dependido del calibre de sus escuadras. Parreira (Brasil) y Scolari (Portugal) han protagonizado la cara, mientras Zico (Japón), Paquetá (Arabia Saudí) y Guimaraes (Costa Rica) han tenido que cargar con la cruz.
También a partes iguales se ha repartido la suerte entre los entrenadores franceses. Domenech ya ha superado los octavos con Francia, mientras Lemerre (Túnez) y Michel (Costa de Marfil) ni siquiera llegaron hasta ahí.
Entre las notas positivas, hay que destacar la figura de Jurgen Klinsmann, que ha pasado en su país de villano a héroe, y el buen hacer del técnico colombiano Luis Fernando Suárez dirigiendo a Ecuador, toda una sorpresa en el campeonato.