GaraAzkenak - Paperezkoa - English Edition  |  Le Journal
EUS | ES | FR | ENG
 » PAPEREZKOA
  -Aurkibidea
  - EuskalHerria
- Jendartea
- Ekonomia
- Iritzia
- Mundua
- Kultura
- Kirolak
 » AZKENORDUA
 » ENGLISH EDITION
 » DOSIERRAK
 » DOKUMENTUAK
 » IRUDITAN
 » HEMEROTEKA
 » Produktuak
Gara > Idatzia > Jendartea 2006-07-01
Martin GARITANO
Una excursióna Bilbao
LA VIDA SIGUE IGUAL (IX)

La noche se había alargado más de lo habitual en Ur Gain. Una tertulia animada por un tema de candente actualidad, la buena digestión de las chuletas que, al final, pagó Xuxú y un hermoso rosario de gin tonics, habían dado con los huesos de Gotzon, Mila, Xuxú, Miren y Huesitos en la cama pasadas las tres de la mañana.

Lloviznaba a media mañana.

­Mal tiempo, muchachada. Hoy no hay playa.

­Hala por ahí, Huesitos. Si a ti no se te ha visto pisar la arena en tu vida. ¿Ya tienes bañador o qué?

­Mira chavalita ­Huesitos se ponía en plan paternalista cuando sabía que no tenía razón­ Tu eres una cría, pero a mí, cuando tenía treinta años menos, me llamaban ‘Delfinito’. La de veces que habré ido a nado desde Ondarreta hasta la isla de Santa ClaraŠ

­Eso me gustaría comprobarlo. Ya le preguntaré a mi amiga Idoia, que es del Antiguo. Seguro que su padre te conoce.

-¿Cómo se apellida?

­Aperribai. Su padre regentaba una zapatería.

­¡Cómo no le voy a conocer! A ése le llamábamos ‘Kukurru’ porque tenía cara de pollo. Pero yo creo que era soltero.

­¡Qué va! Se casó mayorcito, pero se casó. Idoia dice que hasta que se echó novia se pasaba el tiempo frente al horno de la sociedad...

­Por eso le llamábamos ‘Kukurru’. Porque tenía cara de pollo de tanto comer pollos. ¡Ja, ja, ja!

Poco amigos de la playa

Gotzon hizo un inciso en la conversación:

­Pues si no hay playa, habrá que pensar en otro plan, ¿no? Para un puto sábado que tengo fiesta, no me lo voy a pasar en Uriondo. Les tengo más vistos a todos los vecinos que ni séŠ

­Bueno, podemos ir a Bilbao. Damos una vuelta por el Guggenheim y comemos en las Siete Calles. Luego ya volveremos para tomar unos potes aquí.Huesitos hizo un mohín:

­A mí lo de ir a Bilbao me parece bien. Hay que cambiar de aires, pero no estoy muy convencido de lo del Guggenheim. Ya he visto por la tele las mamarrachadas que exhiben y a mí no me toma el pelo ni cristo. Yo también se retorcer las varillas de dos paraguas rotos y decir que esa chapuza es un amanecer en el útero de la madre.

Josefo también aportó su grano de arena.

­A mí sí que me apetece salir del pueblo. Lo de Bilbao me parece bien, pero a estas horas, lo mejor que podemos hacer es ir directamente al Casco Viejo. Tomamos un par de potes, comemos por allí y luego vosotros dos os vais al museo ese y Huesitos y yo nos damos una vuelta por ahí. Ya quedaremos para volver todos juntos...

Mila sonrió. Mensaje recibido.

­Pues de acuerdo. Nosotros vamos al museo y vosotros os dais un paseo...

Mila ya sabía a qué se refería Josefo y, a buen seguro, Josefo y Huesitos también habían percibido su tono irónico. A fin de cuentas, pensó Mila, de lo suyo gastan...

Los sesenta kilómetros que separaban Uriondo de la villa de Don Diego López de Haro ­la mitad por autopista­ no les ocuparon más de tres cuartos de hora. A las doce y media en punto se encontraban en El Arenal.

­Esto ya no es lo que era, Huesitos. ¿Te acuerdas cuando estaba en bar Txoko en esta esquina?

-­Sí. Yo, por la edad, casi me acuerdo cuando entraron los requetés de las Brigadas de Navarra, pero tampoco hay que ser nostálgico. Los tiempos cambian y, casi siempre, a mejor.

­Ya, ya, pero en aquellos tiempos no había moros y todo eso...

Josefo arrastraba la tristeza y la angustia por lo vivido sólo unas horas atrás. Y ello no obstó para que Mila endureciera el gesto y contestara.

Hasta el moño de la xenofobia

­¡Me tenéis hasta el moño con esa xenofobia de mierda! No quiero oiros hablar así. Por dos razones: porque no es verdad que hasta ahora no haya habido problemas y, en segundo lugar, porque emigrar es un derecho de todos los seres humanos. También los nuestros emigraban. ¿o es que ya no os acordáis?

­Bueno, tampoco es para ponerse así ­terció Huesitos en plan conciliador­ Todas las personas humanas tenemos derechos, pero tendrás que reconocer que algunos se usan y abusan de ellos.

Gotzon no pudo reprimir una carcajada.

-¿Qué es eso de ‘personas humanas’? Es que hay ‘personas divinas’ o qué? ¿Acaso ‘personas animales’?

­Déjate de leches. Ya sabes lo que he querido decir.

­Bueno, se acabó la discusión. Vamos a tomar algo y a localizar un bar para comer.

­A mí me han hablado bien de uno que se llama el ‘Iñakiren Taberna’...

­Hombre. Ese ya lo conozco yo. Desde anteayer, además. Paellea y asaue. Buenísimo todo.

­Pues no se hable más. Tomamos un par de potes y, a comer.

Huesitos conocía bien Bilbao. Hizo la mili en el cuartel de Garellano y guardaba inmejorables recuerdos de aquellos días.

­O sea que tú la pasaste bien en la mili...

­Y una leche. Las pasé putas. Había un brigada, Belinzón, que me tenía amargado. Que sí Luis María para aquí, que si Luis María para allí... Siempre ocupado o arrestado. Lo que pasa es que sabíamos aprovechar los ratos libres.

­Y, sin Guggenheim, ¿qué hacíais cuando salíais de paseo?

­Pues, ¡qué íbamos a hacer! Tomar txikitos en las Siete Calles y subir a merendar un pollo asado a La Palanca. Como todos los jóvenes de entonces.  

A la palanca, a merendar

­¿A La Palanca a merendar pollo asado? Yo pensaba que allí había otras cosas.

­Pues porque eres una jovenzuela ignorante. Allí había un ambiente estupendo en aquellos años.

Gotzon volvió a cortar la discusión.

­Bueno, bueno, vamos a dejarlo. Cada cual es hijo de su tiempo y eso también tú, Mila, deberías entenderlo.

Comieron con buen apetito una abundante paella y un sabroso asado de falda. Café y una copita y cada cual tomó su rumbo.

­Bueno, nosotros vamos al museo. A las seis y media aquí mismo. ¿Os parece?

­Perfecto. Nosotros iremos hacia Begoña. Hace veinte años que no subo...

Gotzon y Mila se encaminaron hacia el Campo Volantín, en dirección al Guggy. Huesitos asió del codo a Josefo y lo llevó hasta la parada de taxis del Arenal.

-A la zona de los puti-clubs, por favor.

-¿A General Concha?

-A donde usted sepa.

Huesitos y Josefo eran, además de amigos, compañeros de correría.

(CONTINUARA)


 
Inprimatu
...Albiste gehiago
Iritzia
Una reflexión más reposada
Jendartea
Mikmaktarrak, akadiarrak eta Belle Maria
Kirolak
Basso, Ullrich y Vinokourov, fuera tras el escándalo
Jendartea
Hamaikagarrenean, jaia jai
Mundua
Hamas resistirá al plan israelí de hundir a su Gobierno
Euskal Herria
Batasuna reitera que la clave de la resolución radica en Euskal Herria
  CopyrightGara | Kontaktua | Norgara | Publizitatea |  rss