Las diferencias en la Unión Europea (UE) en materia de seguridad y salud en el trabajo son muy importantes de un estado a otro. Por ese motivo, los distintos agentes sociales creen que es necesario que en la elaboración de la nueva estrategia para el periodo 2007-2012 se precise mejor los objetivos a cubrir y el campo de actuación, dado que la anterior supuso un cuadro genérico de actividades que, en la mayoría de países, no se tuvieron en cuenta o se pasaron por alto aduciendo cualquier disculpa.

El área de Salud Laboral de la CES (ETUI-REHS) explica en una publicación que existen varios elementos necesarios para afrontar en la nueva etapa. Parte del hecho de que los empresarios, sin excepción, deben cumplir con la normativa que señala la necesidad de que los centros de trabajo estén en condiciones adecuadas.

La realidad está demostrando que muchos empresarios están eludiendo esta situación y, en cambio, se están quejando de que los trabajadores se accidentan mucho. Laurent Vogel, responsable de ese área en la oficina ETUI-REHS, ha desarrollado un extenso trabajo para fijar los criterios que deberán vigilarse. Opina que es muy importante que la Comisión Europea no utilice «la simplificación legislativa» para favorecer reducir el nivel de exigencia de la seguridad y la salud en el trabajo. Vogel considera, en este caso, que la Comisión debe promover actuaciones que «protejan mejor la salud»y que «la seguridad sea tenida en cuenta por las empresas».

Los agentes sociales reconocen que dos riesgos importantes que se producen en el ámbito de la Unión Europea deben tomar protagonismo en la nueva estrategia hasta 2012. Por un lado, los trastornos musculoesqueléticos, que son la principal causa de enfermedades vinculadas a la organización del trabajo y a desarrollar las tareas a ritmos elevados y en condiciones de bajas garantías de seguridad y salud. Afecta a uno de cada tres trabajadores europeos, lo que demuestra la importancia del problema al que se enfrenta la población ocupada.

El otro gran tema es abordar el grave problema para la salud de los trabajadores que está produciendo la utilización inadecuada de los productos químicos. En este apartado, la revisión de la normativa en este caso es fundamental. No obstante, los agentes sociales ya han advertido de que la presión que está ejerciendo la industria química está provocando discrepancias entre los legisladores, lo que podría suponer que se establezca una normativa que sea menos restrictiva en el control de esas sustancias y, en cambio, perjudicaría a los trabajadores. En la iniciativa del área de salud laboral de la CESse reclama que, cuando se apruebe la normativa del registro y evaluación de los productos químicos (REACH), se establezcan «una serie de instru- mentos que permitan favorecer directamente a los trabajadores para promover el aumento de la experiencia para saber cómo actuar ante un producto químico para garantizar su salud». También se espera que la nueva estrategia europea extienda la directiva sobre los agentes cancerígenos, que se encuentra en revisión, a los productos mutágenos y tóxicos para la reproducción humana.

La CEScree que también debe garantizarse que los trabajadores tengan derecho a la representación en materia de seguridad y salud en el trabajo. «Actualmente en el conjunto de la Unión Europea hay trabajadores que no cuentan con apoyo porque son temporales o porque están empleados en micropyme», advierte. La nueva estrategia debe garantizar que tengan acceso a la representación sobre todo en esta materia de salud laboral.

Por otro lado, se hace un llamamiento a la Comisión Europea para que fomente «una verdadera democracia social en las empresas de los nuevos países adheridos a la UE, dado que no tienen un arraigo en materia de diálogo social». De esa situación, se están beneficiando los empresarios porque aplican peores condiciones de trabajo, a la vez que utilizan «el dumping social», según la CES. -

BILBO