ITALIA 1
FRANCIA 1
BILBO
Por méritos Francia se tuvo que llevar la Copa para casa, pero Italia tiene algo que no tienen los demás. Son los mejores en superar todo tipo de adversidades y hasta en los momentos más difíciles sacan la cabeza para acabar sentenciando. La fortuna les sonrió en una tanda de penaltis a la que quisieron llegar porque se veían superiores. Buffon parecía mejor portero, pero al final un error de Trezeguet que disparo al larguero decidió la final del Mundial de Alemania.El inicio del encuentro fue trepidante. Los italianos salieron muy marrulleros y su «medicina» les jugó una mala pasada. En el primer minuto de partido su capitán Fabio Cannavaro dejó k.o a Thierry Henry tras un encontronazo. El delantero francés chocó con el defensa de la Juve cuando no se lo esperaba y tuvo que ser atendido en la banda al estar grogui durante un par de minutos. No se quedaron a gusto y al de poco Zambrotta le soltó un patadón a Vieira viendo la tarjeta amarilla. Parecía que los transalpinos tenían la intención de cortar por lo sano con las piezas clave francesas.
Pese a la fortaleza con la que comenzó Italia, el conjunto galo se encontró a las primeras de cambio con un regalo al que tanto la defensa italiana como el colegiado contribuyeron. Materazzi tocó a Malouda, pero el interior izquierda del Lyon se dejó caer dentro del área y Horacio Elizondo decretó penalti.
Era una noche de emociones fuertes y Zidane aprovechó para mostrar su clase al mundo. Hay que ser valiente para tirar una pena máxima ante Buffon a lo Panenka y más siendo la final del Campeonato del Mundo. El astro francés acertó, pero hizo sufrir a su afición ya que el balón entró tras pegar primero en el larguero para salir después de la portería.
Esa jugada sacó los nervios de Materazzi a relucir. El central del Inter, famoso por su «habilidad» con los codos, estuvo a punto de marcar un gol en su propia portería. El partido estaba loco, vibrante. Italia perdía el sitio, algo impensable, y sufría para no padecer un descalabro. Pero si de algo puede presumir la escuadra «azzurra» es de su capacidad para salir adelante en los momentos difíciles.
En esta ocasión tampoco se iban a quedar atrás y Materazzi solucionó su error anterior al ganarle en el salto a Vieira para rematar un córner a las redes. Con la igualada en el marcador, la tranquilidad volvió al terreno de juego. El ritmo decayó y los dos conjuntos apostaron por la especulación. Ninguno quería ofrecer el mínimo resquicio para que el rival hurgara. Zidane es el motor de Francia y a él se encomendaron sus compañeros. Sin embargo, la conexión con Henry no terminaba de fructificar.
Italia, en cambio, seguía haciendo daño a balón parado. Uno de los equipos más solventes por arriba como es Francia, hacia aguas en ese apartado y Luca Toni dispuso de la ocasión más clara antes del descanso al rematar un córner al larguero.
En la reanudación, los «bleu» arrollaron a los italianos que se vieron superados por todos los lados. Henry, Malouda bien acompañados por Vieira y Zidane por detrás comenzaron a hacerse con el control del juego sin que Italia encontrara la forma de hacerles frente. Pero nunca se les puede dar por muertos. Cuando peor lo estaban pasando marcaron un gol que fue anulado por fuera de juego.
Francia lo tuvo en sus manos
Parte de la culpa en la reacción también la tuvo un Lippi que volvió a acertar con los cambios como en la prórroga ante Alemania. Totti no aparecía y su relevo fue decisivo para que el equipo tuviera más consistencia. Aunque la lesión de Vieira también repercutió en los galos, que vieron como se quedaban sin uno de sus capos. Poco después a Zidane se le salió el hombro, pero aguantó. Francia seguía ofreciendo mejores sensaciones, pero sin poder romper el empate, el partido se vio abocado a la prórroga.Los galos tuvieron el partido en sus manos al disponer
de dos ocasiones inmejorables Zidane y Ribery, sin embargo, en la segunda parte
de la prolongación se quedaron sin sus dos estrellas. Henry fue sustituido y
Zidane expulsado con roja directa tras agredir con un cabezazo a Materazzi.
Seguro que el central italiano «ayudó» a que perdiera la cabeza, pero fue una
pena que se despidiera de esa manera del fútbol. Al final, un error de Trezeguet
en la tanda de penaltis declinó la balanza a favor de los italianos.