La mayoría de las navarras casadas ya no tiene dedicación exclusiva al hogar
La tasa de mujeres navarras casadas que se dedican exclusivamente al trabajo doméstico se ha reducido a la mitad en los últimos 26 años. Si en 1975 eran casi la totalidad de las mujeres casadas, el 91,7%, las que asumían el rol de ama de casa sin fisuras, en la actualidad son menos de la mitad, el 44,6%, las que dicen dedicarse en exclusiva a las labores domésticas. Estos datos se recogen en un informe sobre la situación social de las mujeres en Nafarroa.
IRUÑEA
«Situación social de las mujeres en Navarra 2003. Evolución y tendencias de cambio», ha sido realizado por el grupo de investigación de género del Departamento de Trabajo Social de la UPNA, bajo la dirección de la profesora Blanca Fernández y la coordinación de la socióloga Amaia Barandika. Como coordinadoras de las distintas áreas han participado también la historiadora Silvia Fernández y la doctora en Antropología y Medicina Mari Luz Esteban.Este estudio es fruto de un acuerdo de investigación entre la UPNA y el Instituto Navarro de la Mujer para analizar la evolución de las mujeres en Nafarroa durante los últimos 26 años, en las áreas de población, familia, educación, trabajo, salud, participación política y sindical y violencia de género. Según se indica en el estudio, las mujeres en estos 26 años se han incorporado «masivamente al mercado laboral, han realizado la experiencia de la doble jornada de trabajo y de la doble presencia en los ámbitos privado y público, desarrollando habilidades que les son comunes en ambos y trasvasando conocimientos de uno a otro con gran eficacia y óptimos resultados». Además, «lo están haciendo sin intención de abandonar el trabajo remunerado por el trabajo reproductivo», lo que puede conllevar que el futuro pueda acercar a hombres y mujeres «en el tipo de itinerarios laborales que desarrollen y consecuentemente en generar derechos laborales y sociales en igualdad de condiciones», afirman las autoras. Sin embargo, del análisis del tipo de ocupación que tienen las mujeres y su situación profesional se desprende que la eventualidad y el tiempo parcial va en aumento en el empleo creado para ellas y en ocupaciones asignadas a las mujeres, «lo que no garantiza una vida laboral continua y en condiciones de asegurar la autonomía económica de las mujeres y consecuentemente los derechos laborales que se desprenden de la misma», indican las autoras. Según señala el informe, «los datos que aporta esta publicación son la base para cualquier análisis de género en Navarra que además quiera saber algo de la evolución y los cambios más importantes ocurridos en los últimos años». La finalidad última del informe es, en palabras de sus autoras, que sirva de «instrumento de trabajo en cualquier proyecto de actuación, programa o plan de igualdad que se pueda implementar para las mujeres en Navarra». En cuanto a los cambios que se han producido en los modelos familiares en estos 26 años, se señala que la reducción de las tasas de natalidad y el retraso en la edad en la que se accede al matrimonio o se decide tener descendencia, son algunos de los indicadores demográficos que revelan con mayor nitidez esta transformación. Entre los factores que han influido en estos cambios, el informe se refiere al acceso de las mujeres a todos los niveles de la enseñanza, el «éxito» conseguido en su formación y cualificación, su incorporación al trabajo remunerado, la posibilidad de separar sexualidad y maternidad mediante la generalización y uso de los métodos anticonceptivos, el actual modelo laboral marcado por la eventualidad y la precariedad, las dificultades crecientes de acceso a la vivienda y la extensión de una ideología de baja natalidad. Así, se señala que en Nafarroa continúa la tendencia a retrasar la edad en la que se accede al matrimonio, aunque las mujeres lo siguen haciendo con menos edad que ellos.
Más hijos fuera del matrimonio En cuanto a la naturaleza de los matrimonios, el estudio concluye que la mayoría siguen siendo de carácter religioso (73,6%) pero el matrimonio civil opción minoritaria continúa aumentando. En concreto, más de uno de cada cuatro matrimonios de 2000 se celebraron civilmente, cinco puntos por encima del porcentaje de 1996 (21,3% frente a 26,6%). A medida que la edad de los contrayentes es mayor, también lo es el porcentaje de matrimonios civiles. Por otra parte, se indica que las nuevas generaciones, cada vez más, asumen que «es bastante probable que a lo largo de la vida puedan existir varias relaciones de pareja». Así, en Nafarroa, a pesar de que los datos muestran niveles de ruptura matrimonial más bajos que los que se dan en el Estado español y en otros países de Europa, los porcentajes de separaciones y divorcios presentan tendencias ascendentes. En cuanto a la decisión de la maternidad, sigue siendo mayoritariamente dentro del matrimonio, pero hay un «incremento de los nacimientos fuera de la unión matrimonial».
Pese a todo, «el acceso al poder sigue estando en manos de los hombres»
GARA
IRUÑEA En cuanto a la situación de las mujeres en el ámbito educativo, el informe señala que «aunque no quedan dudas del avance de las mujeres en el sistema educativo, las opciones formativas más valoradas socialmente, con mayor inserción laboral y reconocimiento social, el acceso al poder (con lo que supone de toma de decisiones, de representación pública, de control económico...) siguen estando en manos de los hombres». Así, se indica que «las chicas no solamente están a la par con los chicos en todos los niveles educativos, sino que tienen porcentajes más altos que ellos entre la población estudiantil». En Nafarroa, en el curso escolar 2001-02 eran el 52,6%, superaban a los chicos en el Bachiller (55,4%), y habían dado un salto importante en la Formación Profesional, puesto que en el curso 2001-02 se sitúan alrededor del 40% (38% en los llamados actualmente Ciclos Formativos de Grado Medio y lo que es más llamativo, con un 50% en los Ciclos Formativos de Grado Superior), y continuaba la tendencia ascendente hacia una mayor presencia en los estudios universitarios (56% en el curso 2001-02). Sin embargo, las diferencias fundamentales entre chicos y chicas se sitúan en las opciones académicas elegidas. «Determinadas asignaturas y tipos de estudios continúan teniendo una clara marca de género que se corresponde directamente con el género de las profesiones», añade. En concreto, en los «ciclos formativos» se mantiene la segregación de chicos y chicas en ramas «feminizadas» y «masculinizadas», aunque las diferencias se van acortando.
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