Festival internacional de jazz de Gasteiz
Estrellas y algo más
Se cumplen treinta ediciones del Festival de Jazz de Gasteiz, el único del Estado perteneciente a la Asociación Internacional de Festivales de Jazz, con una tónica reiterada a lo largo de la última década: la de asegurar un cartel de superfiguras aún a costa de la repetición de los programas a lo largo de los años. Esta edición, en exceso flamenca, contará con la actuación estelar de Sonny Rollins, fenomenal logro de la organización, pero, aparte de este nombre, sólo los de Javier Vercher, Mina Agossi o Steve Tyrell suponen presencias novedosas en el programa. A menudo nos preguntamos si la pertenencia a una poderosa asociación como la citada no ha de servir sino para recibir imposiciones de multinacionales como Verve o Blue Note. Además de programar estrellas de indudable interés, un festival con este caché debería también descubrir nuevos valores, promocionar músicos en alza o redescubrir multitud de figuras olvidadas; en definitiva, debería servir para enriquecer y revitalizar la escena del jazz. La gala inaugural estuvo protagonizada por un excelso pianista empeñado en renovar los standards: piezas populares que han resistido el paso del tiempo. Entre ellos se distinguen las canciones de Broadway (o Tin Pan Alley) y las compuestas por los músicos de jazz. Agotado el filón de Broadway y limitada, hasta cierto punto, la inspiración de los jazzmen, éstos llevan décadas expurgando el universo pop en busca de nuevos standards, nuevas composiciones populares sobre las que construir el edificio de la improvisación. Mehldau, en su actuación, utilizó por ejemplo temas de Oasis, Radiohead e incluso Chico Buarque (alguno de ellos incluidos en su último disco: “Day is done”) para transmutar sus notas originales, cual alquimista moderno, en un fluido cristalino, auténtica delicuescencia sonora, que emana directamente de sus dedos.
Pura sutileza
Estamos ante uno de los pianistas que mejor trata su instrumento: su ataque es pura sutileza y la mano izquierda, prodigiosa, además de desgranar acordes, puede enriquecer a voluntad la melodía previamente trazada por la derecha o dibujar insospechadas contramelodías. Este refinado burilador de sonidos fue secundado a la perfección, en un concierto de lujo, por el nuevo batería de su trío, Jeff Ballard, y su fiel bajista Larry Grenadier. Un buen comienzo para una edición que desearíamos nos diera más de lo que promete.
Noche electronica en Mendizorrotza
El Festival Internacional de Jazz de Gasteiz ofrece hoy una noche electrónica a cargo de dos grupos: Incognito y Medeski, Martin & Wood. Incognito es una banda británica liderada por Jean-Paul Maunick, que comenzó su carrera en los 80 proclamando su pasión por el funk y reivindicando el acid jazz. Artista culto y perfeccionista, Maunick ha sabido siempre rodearse de instrumentistas de altura y de vocalistas deslumbrantes. Tocarán a partir de las 21.00 en Mendizorrotza. A continuación actuará el trío formado por John Medeski (piano y teclados), Billy Martín (batería y percusión) y Chris Wood (bajo y contrabajo). Es una formación que trabaja directamente la relación entre la música de jazz y la imaginación liberada y sus conciertos son un espectáculo de ideas e improvisación. La otra oferta del día llega de la mano de Javier Vercher, que actuará, acompañado de otros cinco músicos americanos, en el Teatro Principal a las 18.00 horas. Vercher es un clarinetista valenciano residente en Nueva York, premio al Músico Revelación Tete Montoliú 2005.
|
