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Gara > Idatzia > Mundua 2006-07-15
Oriente Medio en llamas
Israel bombardea de nuevo Beirut y la ONU no respalda a Líbano
·Hizbula lanza un centenar de cohetes sobre localidades israelíes y alcanza a un navío

Mientras Israel continuaba bloqueando militarmente por tierra, mar y aire el territorio libanés ­los bombardeos alcanzaron de nuevo ayer la capital­, el Gobierno de Beirut veía cómo el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no respaldaba su solicitud de ordenar un alto el fuego en la región y se limitaba a esperar el informe de la delegación enviada por el secretario general, Kofi Annan. En el día de oración, decenas de miles de musulmanes rechazaron en la calle la agresión de Israel a Líbano y a la franja de Gaza.

BEIRUT

El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, general Dan Halutz, aseguró que el objetivo de los ataques contra Beirut es destruir las infraestructuras de Hizbula, no matar a Nasrallah. Según él, los ataques contra Beirut van con un claro mensaje: que Líbano debe «vomitar el cáncer de Hizbula».

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, aprobó durante la reunión que mantuvo con sus asesores en seguridad una nueva lista de objetivos militares para el Ejército en Líbano. Antes había fijado una serie de condiciones, «de imposible cumplimiento», según opinión de analistasárabes, para aceptar el alto el fuego que le reclama Beirut, tales como la retirada de la resistencia de la zona fronteriza y la creación de una «tierra de nadie» en la frontera, eso sí, en el lado libanés.

El propio Olmert aseguró al secretario general de la ONU, Kofi Annan, que la operación que lleva a cabo en Líbano sólo concluirá cuando se aplique la resolución 1559 del Consejo de Seguridad de la ONU, que prevé el desarme de Hizbula y el despliegue del Ejército libanés en el sur del país. Annan informó a Olmert del próximo envío a la región de una delegación de la ONU. En respuesta, el primer ministro aseguró que Israel sólo cooperará con la delegación si su objetivo es conseguir la entrega de los dos soldados capturados el miércoles y el pleno cumplimiento de dicha resolución, no de las varias decenas que viola Tel Aviv.

Nasrallah ­cuyos desplazamientos son un asunto de máximo secreto, como les viene ocurriendo a los dirigentes palesti- nos desde hace meses debido a la amenaza israelí­ no se encontraba en el lugar cuando Israel destruyó su residencia, por lo que tanto él como su familia y sus escoltas se encuentran a salvo. El propio Nasrallah apareció poco después en la televisión Al-Manar, de Hizbula, para anunciar que se encontraba a salvo y para advertir de que su organización está preparada para una «guerra abierta» con Israel y para llevar adelante su respuesta militar «más allá de Haifa», la ciudad de Israel que ya fue atacada el jueves con cohetes que Hizbula negó haber lanzado y cuyos habitantes han recibido la orden de dirigirse a los refugios ante la perspectiva de nuevos ataques.

«Queríais una guerra abierta y estamos preparados para una guerra abierta. Mirad el buque de guerra que ha atacado Beirut, mirad cómo arde y se hunde ante vuestros propios ojos», prosiguió. La televisión israelí informó algo más tarde de que un barco israelí situado frente a las costas de Líbano ha sufrido ligeros daños, sin que se produjeran víctimas. «Nuestros hogares no van a ser los únicos que queden destruidos, nuestros niños no van a ser los únicos en morir», añadió.

¿Otros cuatro capturados?

Anoche, la cadena Al Jazeera informaba de que el Ejército israelí buscaba a cuatro soldados desaparecidos en el ataque al buque de guerra alcanzado por la resistencia libanesa.

Israel intensificó ayer sus ataques contra infraestructuras en Líbano, con el objetivo declarado de impedir el traslado a otro país de sus soldados capturados por la resistencia.

Al menos 61 personas han muerto en Líbano desde el inicio de los ataques israelíes contra este país tras la captura de dos soldados israelíes y la muerte de otros ocho en enfrentamientos en la frontera. Fuentes policiales, citadas por la cadena de televisión Future, explicaron que la cifra incluye a cuatro personas que murieron ayer por la mañana en nuevos ataques contra distintas áreas del país, incluidos los barrios de la zona sur de Beirut, feudo de Hizbula y donde este partido tiene su cuartel general.

Según informó la cadena de televisión Al-Manar, los aviones israelíes dispararon un misil cerca de la sede de la cadena de radio Al-Nur, en el barrio de Haret Hreik, pero erraron su objetivo y alcanzaron un edificio de viviendas.

El Ejército israelí destruyó asimismo un antiguo puente que conecta una carretera hacia el aeropuerto internacional Rafik Hariri de Beirut, y dañó otro cercano en Bir el Abed, al sur de la capital. La aviación israelí atacó asimismo, de madrugada, un puente de la carretera de Beirut a Damasco.

Tel Aviv implica a Teherán

Fuentes del Ejército y del Ministerio israelí de Exteriores dicen tener indicios de que Hizbula quiere llevarse a los soldados a Irán, ya que el grupo libanés «es un mero apéndice del régimen de Teherán». Irán, sin embargo, ha desmentido esa posibilidad y su presidente, Mahmud Ahmadineyad, ha advertido a Israel de que un posible ataque contra Siria será «una agresión contra todo el mundo islámico».

Previamente, aviones israelíes habían bombardeado las cercanías de la ciudad de Hermel, en el este de Líbano, lo que causó numerosos daños en campos, viviendas y comercios, así como la carretera de Deir el Baida, un paso que une el valle de la Bekaa con el puesto fronterizo de Masna.

Por la tarde, aviones israelíes bombardearon, por cuarta vez en 24 horas, el aeropuerto internacional de Beirut y destruyeron una parte del ala sur del edificio de la terminal. Por la mañana, las autoridades libanesas enviaron los aviones de la compañía aérea nacional Middle East Airline a los aeropuertos de Ammán y Larnaca (Chipre) para evitar que resultaran destruidos por los bombardeos.

La respuesta de la resistencia libanesa, aunque menos poderosa que la agresión israelí, mantiene en sus refugios a cerca de 700.000 personas en el norte de Israel. Según Tel Aviv, los katiusha han matado a cuatro israelíes.

La gravísima ofensiva israelí, con 61 muertos confirmados; un país bloqueado por tierra, mar y aire; con sus infraestructuras muy dañadas y con un intento de magnicidio, no merece aún la condena del Consejo de Seguridad de la ONU, pero sí la de decenas de miles de personas que ayer salieron a las calles en numerosos países musulmanes, tales como Pakistán, Kuwait, Egipto, Irán, Irak, Jordania y, cómo no, los territorios palestinos ocupados, además de en Sudáfrica. El Consejo, reunido de urgencia a petición de Líbano, evitó ayer emitir una opinión de condena sobre el ataque, limitándose a pedir «contención» a las partes, y «colaboración» a los implicados, con el equipo especial enviado por el secretario general, Kofi Annan, a la región. «El Consejo de Seguridad celebra la decisión del secretario general de enviar a Oriente Medio un equipo de alto nivel», señala la organización internacional en un comunicado.



Entrada masiva de palestinos por Rafah tras volar un muro
GARA

GAZA

El subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Jan Egeland, afirmó ayer que la situación en los territorios palestinos «nunca ha sido peor» que ahora. Egeland advirtió de que «la crisis social se está convirtiendo en humanitaria, con 1,4 millones de civiles atrapados en el fuego cruzado» entre las milicias palestinas y las tropas israelíes. Recordó que «ninguno de los niños y pocos de los adultos afectados (por los mutuos ataques) tenían nada que ver con el uso totalmente inaceptable de la violencia por ambas partes».

Por ello, pidió a Israel que abra los cruces fronterizos a Gaza para el ingreso de ayuda de emergencia. Israel hizo caso omiso de esta exigencia, pero una explosión en uno de los muros de la terminal fronteriza de Rafah, en el sur de esta franja palestina, permitió a centenares de palestinos entrar ayer en Gaza desde Egipto. Fuentes de seguridad dijeron que milicianos palestinos volaron parte de uno de los muros que limita el territorio de Gaza, abriendo un agujero por el cual lograron penetrar centenares de personas. Unas 3.000 personas llevaban dos semanas bloqueadas en el lado egipcio, esperando regresar a sus hogares, debido a que Israel ha bloqueado todos los accesos a la franja de Gaza tras la captura del soldado Guilad Shalit.

Por otra parte, en la madrugada de ayer, aviones del Ejército israelí destruyeron las oficinas de cinco diputados de Hamas en el norte de la franja, informaron testigos palestinos. Poco antes, las fuerzas aéreas dispararon tres cohetes contra un puente que conecta el sur de la ciudad de Gaza con el campo de refugiados de Nuseirat. También la pasada madrugada, el Ejército israelí mató a un palestino e hirió a otro al disparar desde un carro de combate contra un vehículo al este de la ciudad de Deir al Balah.

Los libaneses reviven escenas de la devastadora guerra

GARA

BEIRUT

El aislamiento al que Israel está sometiendo al pueblo libanés ha hecho que empiecen a escasear los alimentos y el combustible. Además, los bombardeos sobre las centrales eléctricas han dejado a gran parte de la población sin luz.

La situación hace rememorar a los libaneses la larga guerra civil (1975-1990) que destrozó el país.

Pese a los mensajes tranquilizadores de las autoridades, la gente está preocupada por un posible desabastecimiento. Ya ayer se empezó a notar la escasez de combustible, así como de pan y otros productos alimentarios básicos.

En previsión de que la situación empeore, la población acudió en masa a los supermercados para proveerse de víveres. Alimentos no perecederos, como arroz, pasta, agua, zumos, eran los más demandados, puesto que los frecuentes cortes de electricidad no permiten conservar otros productos. La falta de electricidad ha obligado a muchos a desempolvar aquellos viejos generadores de gasóleo que les sacaron de más de un apuro en los años de guerra.

Ante el cruce de mensajes contradictorios, los libaneses, curtidos en situaciones de escasez, toman la opción más prudente. Así, mientras que el presidente de importadores de carburantes aseguraba que «existen cantidades suficientes de gasolina, gas y petróleo para varias semanas», el presidente del Gremio de Gasolineras no era tan optimista, y calculó que el combustible se agotará dentro de «cuatro o cinco días».

La realidad es que los libaneses tuvieron que volver a hacer largas colas en las gasolineras, que, además, empezaron a limitar la cantidad a cada cliente. Ayer no vendían más de 10 euros por persona.

«No resisto otra guerra», decía ayer entre lágrimas Nora el Sayeh, quien fue evacuada de Beirut a territorio sirio.

Muchos libaneses intentan salir de la capital, pero Israel ha destrozado carreteras, el aeropuerto y ha bloqueado el puerto. Cientos de coches, autobuses y camiones se amontonan en las aduanas. Algunos se refugiarán en Siria, en casas de familiares, con la esperanza de que la situación mejore. Otros, como el joven Ahmed Waked, cree que la guerra es inminente y dice que no va a regresar a Líbano.

Los habitantes de Haifa (Israel) recibieron la orden del Gobierno israelí de protegerse en los búnker que tienen en el pueblo o dentro de sus casas, debido al temor de que caigan más cohetes. En Nahariya, objetivo de los ataques de Hizbula, miles de israelíes han huído, y los que quedaban se refugian en los búnker.


 
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