Landis dejó atrás su vida «amish» para ser ciclista
·El líder creció en una comunidad menonita
BILBO
Landis, un corredor gris, sin palmarés, puede ser el próximo ganador del Tour. Pero su vida no ha sido para nada lineal, sino que el ciclista estadounidense del Phonak tiene una historia curiosa tras de sí. Más que por sus gestas ciclistas, que no abundan, hasta ahora se había escrito más sobre su pasado en una comunidad menonita, muy religiosa y muy identificada con la cultura amish. Sí aquella que descubrió Harrison Ford en la película “Unico testigo”. En concreto, nació en Lancaster, condado de Pennsylvania en 1975. El uso de vehículos o de luz eléctrica está prohibido. Su rutina diaria giraba en torno a la escuela, el cultivo de la tierra y la iglesia. Pero salió de aquel mundo y ahora reside en Girona junto a su mujer Maber y su hija Ryan. Allí, en Pennsylvania, iba al colegio por la mañana y trabajaba la tierra hasta el anochecer. Pero se puede decir que Landis era un culo inquieto en una comunidad anclada en el siglo XVI. «Yo era demasiado nervioso para llevar ese tipo de vida», dice. Se revolvió. En la adolescencia, edad rebelde, comenzó a correr algunas pruebas de BTT, algo que disgustó a los suyos. «Los domingos me iba a competir, mientras que se suponía que tenía que estar en la iglesia». Por eso, entrenaba por la noche, más desapercibido. «Mis padres no querían que corriera de ninguna de las maneras. Ycon los pantalones de correr no se me permitía la entrada a la iglesia». Ante esa tensa situación, Landis tomó una decisión
drástica: con 18 años dejó la comunidad y se marchó a California y luego a San
Diego. «Mis padres siempre lo han visto como que me fugué de casa. Para mí no
fue así. Yo lo veía y lo veo como que corría hacia otro lugar».
«Tenía un objetivo que cumplir» En cualquier caso, no reniega de su pasado. «Sólo quieren lo mejor para los demás y tuve unos buenos padres». Por eso, ha llegado a declarar que durante años se sintió «culpable». Con el tiempo, su relación ha ido a mejor y sus padres han comprendido a su chico. Incluso se compraron un televisor para ver a su hijo en su debut en el Tour 2002 y hasta su madre viajó en avión al Tour de Luxemburgo para verle en directo. «Ahora han comprobado que no es que simplemente me haya fugado de casa, sino que tenía un objetivo que cumplir en mi vida«, asegura aliviado.
Eso sí, ya ha adelantado que no volverá a su antigua comunidad. «Mi vida ha cambiado demasiado y la marcha de mi casa fue demasiado traumática».Ahora, puede que esté ante su primera y última oportunidad. En el día de descanso anunció que deberá ponerse una prótesis en la cadera. A finales de 2002, se fracturó el fémur y la lesión degeneró, lo que le provoca intensos dolores. «Puede pedalear al 100% pero lo quiero hacer sin dolor», dijo. La recuperación no es fácil y maneja la posibilidad de que el presente Tour sea el último. Así que se ha vuelto ambicioso y quiere aprovechar al máximo en la presente edición.
Un palmarés insignificante
U.I.
BILBO Su trayectoria deportiva ha sido más aburrida. Hasta esta temporada su palmarés se reducía a ocho victorias y era muy pobre. De hecho, su victoria más importante era la Vuelta al Algarve en 2004. Landis se ha destapado en su segundo año en el Phonak debutó en Mercury en 1999, y fue tercero en el Tour del P orvenir tras Unai Osa y Latasa, y en 2002 pasó a US Postal, con las victorias en las vueltas a California, París-Niza y Georgia. Salió de la sombra de Armstrong para asaltar el Tour, pero el año pasado fracasó, noveno. Este año es el gran favorito si no falla en los Alpes.
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