«El trabajo no ha servido para nada»
El astillero de La Naval de Sestao tiene 90 años de historia. José Espinazo, de 53 años y responsable de ELA en el grupo Izar, se siente engañado por UGT y CCOO y los sucesivos gobiernos españoles. Critica que el Gobierno de Madrid venda Sestao a CNN, presida por José Luis Alvarez, que «fue quien realizó el plan de segregación del grupo. Se lo han dado a quien fue juez y parte. Un escándalo».
Miro atrás y veo que todo lo que he hecho en mis 35 años como soldador en La Naval no ha servido para nada. Iba contento a trabajar, con el bocadillo debajo del brazo. Trabajé pensando siempre en el futuro y me he dado cuenta de que algunos ya tenían una decisión tomada para el astillero. Ese destino no es su supervivencia», así se expresa José Espinazo, responsable sindical de ELA en Sestao.Recuerda el trabajo duro de soldador, «muchas veces en la calle hacía como estos días, más de 30 grados, pero en el interior, y soldando, la temperatura era altísima. Me he dejado la piel, pero no ha merecido la pena, porque nos han engañado, una y otra vez, UGT, CCOO y los gobiernos españoles». No obstante, precisa que sólo me queda «seguir peleando hasta el final para conseguir que nuestros jóvenes puedan continuar trabajando en este astillero o en la industria auxiliar. Sólo dentro del sector público se salva, y quienes nos abocan al sector privado lo saben y por eso lo hacen así». Con la privatización del astillero de La Naval se vuelve a su origen, tras un paso de algo más de tres décadas en el sector público. Lo único que ha conseguido en ese tiempo es reducir la plantilla al mínimo, aunque en este caso tampoco está dicha la última palabra. El 27 de abril de 1916 fue inaugurado con una plantilla de entre 1.600 y 2.000 trabajadores. Tomás Zubiria e Ybarra, conde de Zubiria, ocupaba la presidencia de la sociedad. El primer buque que se botó fue «el Conde de Zubiria», el 17 de julio de 1917; el segundo fue «El marqués de Chávarri», en diciembre de ese mismo año;y el tercero fue el «Alfonso XII», en 23 de setiembre 1920. Las diferentes huelgas de los trabajadores alargaron el proceso de finalización y, de hecho, en la fase de pruebas sufrió un incendio, por lo que La Naval cerró las instalaciones y 3.800 trabajadores quedaron en la calle. Entonces, el buque costó 90.000 euros. En la actualidad, el astillero de Sestao está en pleno proceso de fabricación y montaje del gasero, para el armador noruego Knutsen, de una capacidad de 120.000 toneladas y que tiene un coste superior a los 232 millones. Lo entregarán en diciembre de 2007. Al final de su historia, después de noventa años a las orillas de la Ría del Ibaizabal, está conociendo sus peores momentos. Los nuevos propietarios Construcciones Navales del Norte, que tomarán el mando del astillero hacia mediados de setiembre, han anunciado que el astillero quedará reducido a 340 trabajadores de plantilla. Sigue los mismos pasos que el de Euskalduna, que estuvo ubicado en Bilbo. Son historias paralelas, que algunos trabajadores han revivido con casi los mismos protagonistas, porque si en 1988 el Gobierno español, del PSOE, presidido por Felipe González, decidió el cierre del astillero vizcaino, dieciocho años después el Gobierno español, del PSOE, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, ha decidido privatizar el astillero, lo que significará que a medio plazo, cuando se terminen las garantías públicas, ese astillero ya no sea tal.
Compañeros de viaje
En ambas actuaciones, el Gobierno español siempre ha tenido a los mismos compañeros de viaje: UGT y CCOO, el primero ofreciendo un apoyo total y el segundo, utilizando algunas excusas, pero para firmar sin problemas las decisiones de la Administración española. Entre los astilleros del grupo Astilleros Españoles (AESA) en la ría contaban en 1976 con una plantilla de 8.007 trabajadores de mano de obra directa. Hoy quedan 571 en La Naval de Sestao y, a partir de las próximas semanas serán 340 empleados.José Espinazo lleva trabajando desde los 13 años y será uno de los prejubilados en este nuevo expediente de regulación, ya que cuenta con una edad de 53 años. «No soy prejubilado, aunque la palabra técnica así lo dice, seré uno de los despedidos. Llevo 35 años trabajando en este sector. Son suficientes». Lamenta lo que está ocurriendo en la construcción naval pública desde hace ya veinte años, porque «no entiendo que el PSOE, con el apoyo de UGT y CCOO, se dediquen a privatizar empresas y a hacerlas desaparecer como va a ocurrir con La Naval, con Babcock y como ya pasó con Altos Hornos y el astillero de Euskalduna, por nombrar algunas de las más grandes y que eran el pulmón del empleo para esta cuenca fluvial. No lo entiendo». Reconoce que ese apoyo sindical que tiene el Gobierno del PSE de UGT y CCOO «se hace a cambio de algo, de financiación indirecta, de devolución del patrimonio sindical, etc». Hay una importante coincidencia entre La Naval y Euskalduna, ya lo hemos anticipado: los actores vuelven a ser los mismos. Pero existe otra, que Espinazo reconoce. Todos estos planes estratégicos de competitividad, como se les denomina en Madrid en las oficinas de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, «están dispuestos por una persona: Juan Taus, que tiene más de 65 años, y sigue elaborando los mismos». Para el representante de ELA, ese es un indicativo de que «en Madrid están manejando este sector con hilos finos, pero que tienen la hoja de ruta marcada hacia el cierre de los astilleros. No puede ser de otra manera». Destacan las desapariciones en estos treinta últimos años de Astilleros Tomás Ruiz de Velasco, Astilleros Cadagua, «estos se fusionaron y dieron lugar a Astilleros Reunidos del Nervión (ARN), que desapareció y sus terrenos son propiedad en la actualidad de Astilleros Murueta», explicó Espinazo. Entonces también estaba Marítima de Axpe, Astilleros y Talleres Celaya, Talleres Ordieres, Talleres Lamiaco y Astilleros Ardeag, que en 1994 se integró en Astilleros Zamacona. Es decir, «existe un hilo conductor de lo que está ocurriendo en el sector de la construcción naval dentro de Bizkaia, que es donde se concentraron los principales astilleros en el siglo pasado», señaló el sindicalista. En 1972, cuando José Espinazo entró a trabajar a la Naval por medio de una contrata Instalaciones y Montajes Industriales (IMI), «en Sestao había 3.000 trabajadores en plantilla y otros 4.000 trabajadores que pertenecíamos a las empresas auxiliares. Hace dos años estábamos sólo en 1.200 empleos y en la actualidad 571. Luego quedarán 340 trabajadores. Ni la sombra de lo que fue en su momento». Sin embargo, la caída del empleo en el astillero de Sestao puede ser mayor, porque ELA y el Colectivo Autónomo de Trabajadores (CAT), únicos sindicatos que se han opuesto abiertamente a la privatización y a la segregación del sector público, advierten que en las negociaciones «opacas» que se están desarrollado entre SEPI, los adjudicatarios privados y los responsables de UGT y CCOO están intentado conseguir que en los siguientes tres años todavía pueda haber salidas de la empresa por la vía de las prejubilaciones. Con lo cual, el astillero de Sestao se quedaría con una plantilla próxima a los 200 trabajadores.
«Juez y Parte»
Otra característica importante que se ha producido en este proceso es que el Gobierno español ha decidido vender el astillero de La Naval al grupo CNN, que preside José Luis Alvarez, que fue director general del grupo Izar en 2003. «A Emilio Urreta, anterior responsable sindical de ELAen La Naval, y a mi indica Espinazo nos dijo que Sestao sólo tiene para expandirse a través de la zona industrial de La Naval y ACB. Nos preguntó qué hacemos. Le dijimos que lo llene de barcos y ya está, pero nos respondió que todo menos eso». «José Luis Alvarez no es un empresario, es un reconversor de empresas. El fue el artífice del plan de segregar los astilleros y concentrar toda la deuda de los once centros y los 11.000 trabajadores en el grupo Izar y, a cambio, constituir Navantia como empresa saneada y dejar toda la deuda en Izar para liquidarla». Por ese motivo, el representante de ELA afirma que quien ideó ese plan «se ha beneficiado de una de las empresas, la más importante como es el astillero de Sestao. También cuenta con un socio como es Manu Iturrate, que fue directo de La Naval a comienzos de los años 90». José Espinazo recuerda que «siempre nos decía que no teníamos beneficios. Resulta que en la actualidad, mientras se construye el gasero, trabajan treinta y tres empresas que emplean a 900 trabajadores y tienen beneficios, pero nosotros no. Qué hacían». El responsable de ELA, que está a unos meses de colgar el casco, asegura que «estos propietarios no están capacitados para manejar este astillero. Alvarez está capacitado en reconversión, lo que quiere decir en destrucción de empleo, pero o es empresario ni nada. Nunca ha tenido una empresa. El ha fijado los planes de reconversión, es decir, ha sido juez y parte y, como se dice, quien reparte se queda con la mejor parte. Ya se sabe, así ha pagado 16,74 euros por metro cuadrado del astillero, como publicasteis en GARA». ELA y CAT creen que el astillero en manos privadas tendrá una vida corta, «no más allá de las garantías fijadas por SEPI, con el apoyo de UGT y CCOO, es decir, seis años como máximo», pero también, según Espinazo, porque «Construcciones Navales delNorte no tiene ni el nivel tecnológico ni económico para actuar en barcos grandes» y, en este caso, dijo que existe otra situación que genera incertidumbre porque «hay suficiente demanda en la actualidad, pero se está yendo a construir otro tipo de buques más anchos y más cortos para poder aprovechar el espacio de atraque, que en la Naval no se podrían hacer de la forma que está el astillero. Estas cosas nos hacen pensar mal, sin duda», sentenció el responsable de ELA y reconoce que el Gobierno de Lakua, «igual que hizo con Euskalduna, se ha lavado las manos, como si no fuera nada con él. Es una actitud que merece nuestra censura». -
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