BEIRUT
La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, llegó ayer a Israel para continuar los contactos con el régimen israelí y ofrecer su apoyo a la agresión en curso. El envalentonado Gobierno de Tel Aviv, mientras tanto, continúa dando muestras de su histórica crueldad, después de rechazar la tregua humanitaria de 72 horas propuesta por la ONU para atender a las víctimas y desplazados por sus indiscriminados bombardeos, que se amontonan de mala manera en territorio libanés. El régimen israelí rechazó la propuesta realizada por Jan Egeland al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas este organismo continúa bloqueado por EEUU y tampoco se pronunció sobre la petición, argumentando que ya hay corredores humanitarios.
El portavoz del Gobierno israelí, Avi Pazner, citado por los medios locales, consideró que «no hay ninguna necesidad de un alto el fuego temporal de 72 horas ya que Israel ya ha abierto un corredor humanitario de entrada y salida de Líbano».
Pazner quizá se refería al principal paso fronterizo entre el este de Líbano y Siria, utilizado por decenas de miles de libaneses para huir, y que ayer fue bombardeado por los israelíes.
En concreto, la aviación israelí lanzó tres misiles, que cayeron en el cruce de Masnaa, a unos 300 metros de un puesto de la aduana libanesa. El camino entre los puestos de control sirio y libanés quedó cerrado en ambas direcciones. Además de la vía de escape para cientos de miles de refugiados, el paso se había convertido en una puerta de entrada de ayuda humanitaria a Líbano, afectado por el desplazamiento de más de 750.000 de sus ciudadanos.
Asimismo, una semana después del «asesinato» de cuatro observadores de la ONU, según dijo Kofi Annan, dos miembros de la organización de nacionalidad india resultaron heridos ayer en un ataque de la aviación israelí en el sur de Líbano, en el que fue alcanzado un puesto de la misión en el país.
Además, los aviones israelíes continuaron ayer descargando sus mortales bombas contra más de sesenta puntos del país, dejando catorce muertos y destruyendo un puente en el norte.
Los cazabombarderos israelíes prosiguen asimismo descargando sus proyectiles sobre áreas del sur y este del país. Los militares invasores, no obstante, se retiraron de los alrededores de la ciudad fronteriza de Bint Jbei, ciudad que no han podido tomar, y se replegaron hacia la colina estratégica de Maran al Ras. Antes de retirarse, la aviación israelí dejó su particular sello, lanzando 300 obuses sobre dicha ciudad. Este repliegue estuvo acompañado por intensos combates entre los invasores israelíes y los combatientes de Hizbula.
En el sur del país, el Ejército israelí ha lanzado octavillas sobre las poblaciones de Zautar el Charqui y Zautar el Gharbi, en la región de Nabatieh, en las que insta a sus habitantes a abandonar estas localidades, lo que es un adelanto de los bombardeos que se avecinan.
Por otra parte, los equipos de la Defensa Civil anunciaron que han recuperado los cadáveres de ocho personas, entre ellos cinco miembros de una familia que habían sido alcanzados por un misil israelí mientras huían de los bombardeos de la región sureña de Tiro.
Hizbula, sin embargo, prometió ayer continuar la resistencia. Su líder, Hassan Nasrallah, prometió la victoria. También prometió a los casi 800.000 desplazados «regresar orgullosos a vuestras casas, como salisteis orgullosos». Nasrallah descalificó la visita que hoy realizará Rice a Beirut, y aseguró que las pérdidas son mucho mayores que las que reconocen. «¿Por qué (Israel) controla a la prensa? Para que su pueblo y el nuestro no vean el volumen de pérdidas que sufren», subrayó el líder chií.
WASHINGTON
El presidente de EEUU, George W. Bush, definió ayer la guerra de Líbano como el último «punto álgido» de la lucha «entre la libertad y el terror» que se libra en Oriente Medio, y afirmó que el conflicto supone «una oportunidad de cambio». En su discurso radiofónico de los sábados, presentó a EEUU como una fuerza que «durante décadas» trabajó para estabilizar Oriente Medio, aunque reconoció que las políticas estadounidenses no han conseguido «pacificar», como supuestamente pretendían, la región. Washington, cómo no, no ha tenido culpa en su fallido intento, según Bush.
Entretanto, EEUU y sus aliados siguen armando a Israel. Dos aviones estadounidenses cargados de «material peligroso» con destino a Israel harán escala este fin de semana en el aeropuerto escocés de Prestwick, confirmó ayer la Autoridad británica de la Aviación Civil (CAA). La CAA indicó que los dos aviones 747, procedentes de Texas y con rumbo a Tel Aviv, tienen autorización para repostar en ese aeropuerto, donde la semana pasada ya hicieron escala otros dos aeroplanos de EEUU con misiles para el Estado israelí.
Además, las compañías de armamento británicas están suministrando piezas para los helicópteros de combate Apache, así como los cazas F-15 y F-16, con los que el Ejército israelí está bombardeando el sur de Líbano, la franja de Gaza y Cisjordania, pese a que las directrices del Gobierno de Blair prohíben la venta de armas que puedan utilizarse «de forma agresiva contra otro país» o fomentar tensiones regionales, según reveló ayer el diario “The Guardian”.