SALAMANCA
Los principales avatares de la vida política, literaria y académica del escritor y filósofo Miguel de Unamuno (1864-1936) evoca una exposición que se muestra en Salamanca,ciudad en la que falleció el 31 de diciembre de 1936, con fondos de la Universidad de la que fue rector entre los años 1900 y 1914.
Cerca de un centenar de imágenes reflejan la agitada y convulsa vida del autor de “Niebla”, incluido su destierro a la isla de Fuerteventura y posterior exilio a París.
La exposición no persigue un criterio cronológico ni temático y se ha pretendido «mostrar el lado humano de Unamuno y hacerlo a través de fotografías que no son las de siempre».
La galería de imágenes arranca con tres retratos de juventud de Unamuno realizados por el fotógrafo Ansede y continúa con la orla de fin de carrera de 1883 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid.
El visitante puede contemplar imágenes de Unamuno junto a sus amigos en lugares como el Parque del Retiro madrileño, estampas familiares o retratos junto a algunos de los diez hijos que tuvo con Concha Lizarraga.
Su faceta política ya queda evidenciada con las imágenes tomadas en Ajui, durante su destierro en la isla canaria de Fuerteventura en 1929, o en el homenaje de bienvenida ofrecido en Cherburgo ese mismo año. Retratos de Unamuno de tertulia en París, descansando junto a su familia en Hendaia o Versalles o el recibimiento que le ofreció la ciudad de Salamanca en 1930 cuando regresó del destierro se entremezclan con su imágenes junto a Ortega y Gasset o el filósofo Herman Keyserling.
La proclamación de la Segunda República desde el balcón del Ayuntamiento de Salamanca en 1931, retratos junto a Largo Caballero e Indalecio Prieto el 1 de mayo de ese mismo año en Madrid o su presencia en un mitin republicano, cierran el apartado político de la muestra. Finalmente, se exhiben diversas fotografías vinculadas a la Universidad de Salamanca o junto a pintores como José Aguiar, López Mezquita y Gallego Marquina.
El alcalde de Salamanca, Julián Lanzarote, recordó la «simbiosis perfecta» existente entre la figura del pensador y la ciudad donde vivió la mayor parte de su vida, y justificó la exposición en la necesidad de «recuperar a través de la fotografía la irrepetible pareja que formaron la conciencia y la palabra en la figura de don Miguel de Unamuno».
Ana Chaguaceda, directora de la Casa Museo Unamuno de la Universidad de Salamanca y autora del texto que ilustra el catálogo de la exposición, afirmó que se «pretende dar a conocer una faceta más desconocida del filósofo: la familiar, la de viajero, que siempre crea una imagen más cercana al espectador que la del escritor».